REFLEXIONES
"Nos ahogamos en basura"

Por Carlos Christian Sánchez C.
(Relacionista Internacional)
Un ciudadano enciende su televisión. Sale en la pantalla la campaña de la Alcaldía Capitalina sobre la basura. Los aseadores felices en su trabajo. La gente coopera en recoger la suciedad de las calles. La ciudad se vuelve hermosa por la limpieza. ¡Qué bien! Los compactadores de desechos brillan con el color amarillo y un rojo estridente, los cuales motivaron una vez al conocido comentarista de Radio Ancón, Fulele Calvo, compararlos al emblema del Nuevo Amanecer. El asunto es que el Alcalde, Juan Carlos Navarro, a pesar de los errores iniciales de la nueva administración en resolver el problema de la basura, ha hecho un trabajo singular, más o menos ejemplar, para intentar acabar con las montañas de desechos sólidos que abundan en esta ciudad de un millón de habitantes. Empero, los otros distritos periféricos de la ciudad de Panamá, como San Miguelito, Colón, Arraiján y La Chorrera, se los traga la basura. Las carreteras que nos llevan a esos sitios son hoy, lotes llenos de latas, plásticos, materia orgánica en descomposición y otros enseres botados por el populacho. Chilibre se inunda igualmente de basura. Hasta un periodista de una televisora, cuando viajaba por avión, le impactó la escena de la basura cubriendo casi toda Arraiján, mientras que los turistas en el bimotor aéreo, también se sorprenden de la inmundicia de Panamá. ¿Sabe usted cuál es el problema de nuestro país con la basura? Muy sencillo. La gente no tiene conciencia para ser responsable en el instante que lanza desechos a las calles. En Paitilla, un lujoso Mercedes Benz de la alta sociedad, abre su ventana y, discretamente, su conductor tira una lata de soda Coca Cola. Pero, a tan sólo cinco kilómetros de distancia, en el mismo momento, un chorrillero tira las bolsas de la basura en el Cementerio Amador. En realidad, sin que se motive a las personas, o se les amenace con multas penales fuertes, nunca erradicaremos la mala costumbre de botar alegremente la basura en la avenida. Otro punto es que urge la diversificación de la basura: esto es la distribución de los desechos según su clase. Las latas de aluminio deben ir separadas de los papeles y cartones. Por otro lado, la materia orgánica, como comidas, plantas o frutas, debe ir aparte de las botellas y los objetivos de vidrio. Una idea es que se traigan de Estados Unidos y Europa, el sistema de colocar la basura en tinacos con cuatro aberturas: Una para botellas, otro para latas, la materia orgánica y el papel. Así, el reciclaje sería más rápido y se aceleraría el trabajo de la empresa o entidad municipal que recoja la basura. Finalmente, llegamos a ese punto que no queríamos hablar, pero hay que discutir: la posible privatización del servicio de recolectar la basura. Muchas "bolas" y voces han salido a la palestra, en medio de la oscuridad de la noche, diciendo en la ciudad de Panamá y los medios, sobre la futura concesión privada de botar la basura en el vertedero de Cerro Patacón. Nuestra opinión, de ser esto cierto, es que una empresa privada encarecería la cuenta de la basura en el recibo del agua. El pueblo no ha visto que en el sector metropolitano se haya creado las mejorías para considerar la privatización de este servicio. Por ello, no concordamos con esa eventualidad. Ya el pueblo no soporta otro gravamen a sus bolsillos. Ojalá que el alcalde capitalino no se deje llevar por esos que intentan aprovecharse de la gente para tener un negocio lucrativo.
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