Nuestro cantautor, Rubén Blades, ha logrado convertir, casi en un himno, la canción que hace de título el presente artículo. Pero, ¿saben una cosa? Rubén se quedó corto porque para este columnista, 'patria' también es (son) muchas cosas no tan bellas, como:
--La corrupción institucionalizada, en todos los niveles del aparato estatal.
--La desidia (lo que en el argot popular se llama "ahuevazón"), de los funcionarios que no se atreven a aplicar las leyes como están concebidas (recordemos que las leyes se aplican, no se interpretan).
--La falta de voluntad de esos mismos funcionarios en el cumplimiento de sus deberes, los cuales realizan con desgano y a mucho ruego.
--La no disimulada intromisión de cualquier órgano del Estado en las funciones de los otros, lo cual se debe (o va aparejado) al hecho que "caimán no come caimán" (todos son PRD).
--Los directores de las diferentes instituciones - (la mayoría de ellos, al menos)- sólo son figuras decorativas porque NO SE ATREVEN - ¡TIENEN MIEDO DE TOMAR DECISIONES CONTUNDENTES! Y en vez de eso, se van "por las ramas" con cualquier cantidad de tecnicismos, invocando derechos jurídico-administrativos que lo único que hacen es dilatar los debidos procesos.
--Todo es improvisación (especialmente ahora que se van), inventando toda clase dizque de soluciones sociales, las cuales se implementan con el solo propósito de "venderse a la población" en estos tiempos preeleccionarios.
Hay muchas más cosas no tan bellas que también son "patria", pero el espacio no me da para listarlas. Lo cierto es que el tiempo se acorta y las propuestas de los candidatos cada vez más parecen eufemismos que realidades. Amanecerá ese 3 de mayo y luego veremos... ¡Pero eso sí...! a votar por uno de los dos, o por la otra, y nada de votos en blanco ni abstencionismo! ¡Au Revoir!