Triunfos en un camino de sangre y espinas
Redacción
Crítica en Línea
"Y con el sudor de tu
frente ganarás el pan de cada día"
Aquellas palabras que registra la Biblia, con la cual se sentenciaba
al hombre a procurarse su sustento diario, parecieran haber sido recibidas
al pie de la letra por una parte de la humanidad.
¡Y cómo han sudado algunos para llevar la comida a sus casas!
Hoy, a 113 años de haberse escrito la historia triunfal con sangre
de los trabajadores explotados, y a las puertas de un nuevo milenio, todavía
ese sector de la población se encuentra en vías de conquistas
de derechos.
El Día del Trabajo, 1 de Mayo, al igual que el día de
la ONU, se celebra en todos los países del mundo.
Desde la Revolución Industrial en que las máquinas iban
desplazando el trabajo del hombre hecho a mano, los obreros eran explotados
por los dueños de las fábricas sin tener a dónde acudir
a solicitar justicia, y sin ser escuchados en sus levantamientos o huelgas,
ya que a los patrones no les importaba despedir a los trabajadores aunque
los perjudicaran más.
Estos problemas de la clase obrera llegaron a su límite cuando
en Chicago, EE.UU., se organizó una gran huelga que fue sangrientamente
sofocada, originándose una cruel matanza el 1º de mayo de 1886,
recordándose cada año a los 'MARTIRES DE CHICAGO' que murieron
defendiendo sus derechos .
La clase trabajadora, no sólo obreros, festejan el triunfo de
sus derechos laborales, tales como: pertenecer a un sindicato que los defienda
de injusticias patronales, contar con servicio médico, así
como con incapacidades por accidentes o enfermedades, obtener indemnizaciones,
jubilaciones, días de
descanso semanales, vacaciones, jornadas de 8 horas de trabajo, sueldos
y trato justos.
Con la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII, se dieron
grandes cambios en la organización económica sobre todo en
Europa, a partir de Inglaterra, pero que involucran a Norteamérica.
Pero el surtimiento de la industria trae algunos beneficios para la sociedad
de conjunto y al mismo tiempo condiciones difíciles de trabajo.
En las fábricas se laboraba de 14 a 16 horas y a veces más;
se empleó como fuerza de trabajo más barata la mano de obra
de la mujer y los niños con largas jornadas de trabajo en condiciones
inhumanas, sin descanso, mal alimentados, sin iluminación, expuestos
a intoxicaciones y accidentes, sin legislación laboral entre otras
anomalías.
Todo ello trajo también la oposición de estudiosos, clérigos
y de los mismos trabajadores.
Se fueron ganando poco a poco algunas conquistas como la reducción
de horas de trabajo a diez horas, entre otros logros, pero estaba prohibido
la sindicalización u organizaciones de trabajo.
A finales de 1700 con la guerra en Francia, se agudizaron las condiciones
de trabajo en Inglaterra y los obreros tenían como única salida
la organización e inician un periodo de huelgas exigiendo aumentos
salariales.
Ello trajo como consecuencia eliminar la ley que prohibía las
organizaciones y se legalizaron los sindicatos.
De toda la historia la lucha más encarnizada fue la jornada de
las ocho horas, donde la Plaza Haymarket en Chicago fue el escenario de
la masacre de dirigentes sindicalistas asesinados por los capitalistas,
apoyados en el sistema judicial, según deja conocer la historia escrita
aquel 1 de Mayo de 1886.
Lo cierto es que hoy por hoy, el trabajador se desenvuelve en un ambiente
de conquistas laborales, pero aún considera que falta un largo camino
que recorrer para coronar esfuerzos iniciados en la Edad Media, cuando el
sistema socioeconómico feudal explotaba a los aldeanos y villanos.

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