Rumbo al cambio o a la parálisis
Redacción
Crítica en Línea
A casi un año de las elecciones presidenciales de 1999, el país se debate entre las promesas de cambio que hizo la candidata y hoy mandataria Mireya Moscoso versus la paralización del país, que atribuyen los adversarios a la falta de acción de los arnulfistas. Mireya Moscoso derrotó el 6 de mayo de 1999 al perredista y al abanderado de Acción Opositora Alberto Martin hijo del finado General Omar Torrijos, participó en el evento con su grupo PRD respaldado además por el Papa Egoró, Solidaridad y Liberal Nacional formaban la nómina Nueva Nación. En tanto, Mireya Elisa Moscoso encabezaba Unión por Panamá, integrada por el Arnulfismo, Molirena, Cambio Democrático y Morena (Movimiento de Renovación Nacional). La tercera fuerza dirigida por el banquero Vallarino contó con el respaldo del Partido Liberal (facción del Doctor Joaquín Fernando), Renovación Civilista, Democracia Cristiana y Nacionalista Popular. ¿Pero en que quedó el cambio prometido por la hoy mandataria Mireya Moscoso, que derrotó por amplio margen al grupo liderado en aquella ocasión por los pupilos de Ernesto Pérez Balladares? Antonio Domínguez, dirigente arnulfista aseveró que "la mayoría de los funcionarios nombrados en el gobierno de la Presidenta Moscoso es gente nueva y sin experiencia política". Se espera que en una o dos semanas el gobierno funcione "después de haber pasado por el aprendizaje", dijo Domínguez. Por otro lado, muchos funcionarios se "han quedado en la gatera o cambian radicalmente", sino serán reemplazados, precisó el dirigente arnulfista. Para Gabriel Castillo, dirigente de Conusi (Confederación Nacional de Unidad Sindical), la situación de los panameños sigue muy grave. "Esto es producto de que el plan económico que está aplicando el gobierno de Mireya Moscoso" es similar al del "Toro" Balladares y Guillermo Endara Galimany. A criterio de Castillo, este proyecto es neoliberal y tiende "a favorecer las empresas transnacionales y las instituciones internacionales de crédito que a los panameños". Por esas medidas la pobreza sigue en considerable aumento, "y la brecha entre ricos y pobres se sigue agrandando y no se ha tomado la decisión de carácter político y económico de discutir un plan nacional de desarrollo aquí no va a haber posibilidades de avanzar". Mientras tanto, Balbina Herrera Araúz, Presidenta del PRD, tiene una visual muy particular del cambio. "A un año siento que no se ha arrancado en el país" pues hay una paralización de la economía, y los sectores políticos tienen que ver qué harán con Panamá. "Me preocupa el desarrollo económico y social de Panamá, si los sectores políticos no hacemos un alto y vemos qué es lo que se quiere con el país, realmente nos va a costar mucho recogerlo", precisó la dirigente perredista. "Cuando una población comienza a desilusionarse, la situación es más delicada", advirtió la legisladora. Se mostró partidaria de una agenda nacional, porque es indispensable que el "país no se destruya más", tras enfatizar que la situación económica es sumamente delicada, con inversiones paralizadas y por tal razón es indispensable, que a un año de elecciones mucha gente reflexione. Pero Carlos Sucre, Presidente de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE), tiene un prisma especial. Por alguna razón "la transición y el efecto de la salida de bases militares
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