Saludos amigos y amigas del béisbol, bienvenidos a otra jornada, esta vez desde Venezuela, donde anoche ganamos a Cuba, en un estadio con una gran afición cubana y un tremendo trabajo en equipo.
Panamá golpeó a Cuba con un buen trabajo del cuerpo técnico (cinco cubanos) y me hizo recordar las palabras de mi abuelita Petra que decía: "No hay mejor cuña, que la del mismo árbol".
El estadio vestido de rojo, completamente apoyando a los cubanos, con banderitas y un gran ambiente. Anoche fue de gloria. Habían pasado 25 años desde que el herrerano Crispín Poveda había vencido a Cuba en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en La Habana en 1982.
El partido se jugó con una gran presión. Cuba anotó su única rayita en el segundo episodio e hizo saltar al abridor panameño Abrahan Atencio. El trabajo de Miguel Gómez
fue inmenso, su labor de 6.0 entradas es para la historia. Panamá jugó como equipo y me viene a la mente lo que me dijo el técnico cubano Rubén Chiu: "Ha Cuba se le puede ganar, pero hay que estar abajo en la pizarra o empate. Hay que tenerlo cerca, una o dos carreras y sorprenderlo en el octavo o noveno y no darle chance de levantarse".
¡WAOOOOO! ASI SUCEDIO.
Panamá mostró un buen juego y hay quienes dicen que Cuba no presentó su mejor equipo.
Nosotros tampoco. Por acá preguntan por Picota, Sherman Obando, Jaime Jaén y otros.
Una clave importante en la victoria fue la defensa. Panamá jugó cerrado, no pifió y fue un aspecto importante en el juego. Iglesias, Asprilla y Aguilar lucieron bien en el terreno.
Otro aspecto grande, fue el imparable de Víctor Almengor. Fue una combinación de elementos. Alfonso Urquiola y su cuerpo técnico bien sincronizados. La salida de Abrahan Atencio fue oportuna y la labor de Miguel Gómez interesante.
Por último la gran labor de Ricardo Montilla que apagó la luz y dijo: "Vamonos".
Montilla me dijo al final. "Pineda, estaba tirando 94 millas." ¡Eso es todo!
¡Ganamos!
¡Viva el béisbol!