Ser pobre y no tener recursos es una tragedia, pero si a eso se suma la muerte de un ser querido, las esperanzas casi se van con ese ser, caso que tristemente vive la familia Valdez Castillero, quien en medio de su precaria vida, pierden a su más preciado tesoro: su hija.
La historia de la familia Valdez Castillero, de El Rosario de Penonomé, la contamos hace algunas semanas en este medio, sin dinero, sin recursos, sin empleos, pero con enfermedades y una lista inmensa de necesidades, lo que preocupó al representante de El Coco, Carlos Jaén, quien actualmente hace las gestiones para que se les construya una casa.
Esta familia integrada por el señor Domingo Valdez, su esposa de 80 años, Isabel Castillero, su hija Dalia Valdez (q.e.p.d) y sus cuatro hijos, una casa de quincha, en malas condiciones, también por los años que lleva de haberse construido, más de 40 años y sin empleos, son difíciles para ellos.
Ubaldino Araúz, el mayor de los hermanitos, solicitó en aquella oportunidad apoyo para su madre que estaba muy enferma, pues murió con sólo 39 años y ahora necesita trabajo para ayudar a sus abuelos.