Para muchos el béisbol es uno de los deportes más técnicos y estratégicos del mundo. Sin embargo, para el lanzador colombiano Javier Ortiz es más que eso, es una pasión, que sólo se logra al momento de salir al diamante dejando alma, vida y corazón en cada uno de los partidos.
Y es que en un rincón del Estadio Rod Carew este fanático del reguetón nos cuenta de sus inicios en el béisbol y su pasión por la vida.
¿Cómo te iniciaste en el mundo del béisbol?
A la edad de siete años me gustaban dos deportes: el béisbol y el fútbol callejero, teniendo el chance de practicar ambos, a una edad en la que jugar era lo importante. Sin embargo, a medida que iba creciendo me fui inclinando por el béisbol, y no fue hasta los 16 años cuando se dio mi gran oportunidad, en la que pude obtener mi primer contrato de las Grandes Ligas con los Marineros de Seattle, para después pasar a los Yankees de Nueva York.
¿Qué tiempo militaste con los Yankees?
Estuve nueve años con ellos. Empecé desde la categoría Roockie hasta Triple A, en la que pude compartir con personas muy valiosas. Luego me trasladé a Chicago, donde jugué por un año en la Triple A.
¿Cómo fue tu niñez?
Siempre tuve una niñez muy agradable con el apoyo de mis padres en todo momento y a toda hora. Tuve la oportunidad de viajar desde pequeño por cosas del deporte, además, integré la selección de baloncesto en la escuela, siendo una experiencia inolvidable.
¿Alguna vez fuiste miembro de la selección de béisbol de Colombia?
La primera vez fue a los 16 años, cuando tuve la oportunidad de participar en torneos latinoamericanos. La otra se dio hace dos años, en el Centroamericano, donde me desenvolví bien.
¿Qué tal te ha parecido el Campeonato Nacional esta temporada?
Bastante agradable. Nunca había podido vivir esta linda experiencia. Estuve participando en el 2000 en el PROBEIS y la verdad que es una diferencia bastante grande, ya que apoyan más los campeonatos, que al béisbol profesional.
¿Has pensado quedarte en Panamá?
Todavía no tengo nada pensado, porque quiero terminar la temporada con el equipo, para después tomar una decisión.
¿Te gustaría volver el otro año?
Me encantaría, pero todo depende de las ofertas que se vayan dando, a medida que pase el tiempo.
¿En qué otros países has jugado?
En Estados Unidos, Venezuela, Nicaragua y República Dominicana. Jugué en Venezuela por tres años, donde el nivel es muy bueno y eso es muy importante.
¿Te has enamorado de alguna santeña?
No, sólo he hecho amistades desde que llegué, y nada más. A la vez, son personas que me han tratado bien y eso es lo importante en todo esto.
¿Cuáles son tus planes de ahora en adelante?
Tengo posibilidades de tomar un contrato en Italia, sólo estoy esperando una llamada, si no, seguiré en Panamá por un par de días más, algo que me encantaría. O también puedo regresar a Colombia a esperar de otra opción, ya sea para Estados Unidos o Taiwán.
¿Cuál es tu ídolo favorito del béisbol?
Uno de mis favoritos y que admiro mucho es Robinson Canó, quien jugó cinco años conmigo. Al igual que Chien-Ming Wang. Aprendí muchas cosas que uno siempre pone en práctica en su carrera.
¿Tienes hijos; eres casado?
Tengo un bebé de dos años. Al preguntarle por su estado civil, con una sonrisa me respondió que era soltero. Qué podemos pensar chicas..
¿Cuáles son tus pasatiempos favoritos?
El que más me gusta es viajar, además, jugar baloncesto, rumbear, entre otras cositas.
¿Cuál es tu comida favorita?
Siempre me ha gustado de todo, excepto la remolacha. Lo más rico que he probado en Los Santos es el marisco.
¿Qué clase de música te gusta?
El reguetón es uno de los géneros que más me fascina, siendo mis artistas favoritos Daddy Yankee, Wisin y Yandel, Don Omar, entre otros.
¿Te has puesto cutarras?
Todavía no, pero llegará el momento.
¿Te has puesto el sombrero a la pedrá?
No, pero llegado el momento, me lo pondré.
¿Has probado el sancocho de gallina?
Claro que sí, en Los Santos está muy bueno.
¿Te gustaría participar en una junta de embarre?
Si se da la ocasión, me gustaría participar. Esta actividad sería una bonita experiencia.