Envuelto en retazos de tela dentro de un saco de naylon reposaba el cuerpo de un pequeño que no llegó a ver la luz del día.
El mismo se encontraba unos 20 metros precipicio abajo, donde aparentemente había sido tirado por quien interrumpió abruptamente su estado de gestación.
La misma distancia en metros, pero pendiente arriba, ese feto era el centro de atención para decenas de vecinos de Altos del Valle de Urracá, en el distrito de San Miguelito, que comentaban con interés los pormenores de ese lamentable hallazgo.
Para llegar hasta el sitio de su improvisada tumba, el personal de Criminalística de la Dirección de Investigación Judicial y las unidades policiales de San Miguelito tuvieron que bajar una pendiente y acceder a una quebrada que-por ser la estación seca-no tenía agua, pero sí mucha basura y maleza en los alrededores.
El feto tenía cinco meses de estar gestándose hasta el pasado sábado cuando ocurrió el hecho criminal, pero no fue hasta aproximadamente a las 11:30 de la mañana de ayer, jueves, cuando un vecino del lugar hizo el fatal hallazgo y dio aviso a las autoridades.
El sitio exacto del hecho fue entre las parcelas 6 y 7 del sector El Futuro.
Y precisamente en dicho sitio fue capturada la madre de la criatura, una mujer de 19 años llamada Michelle Mejía.
La joven asegura que lo ocurrido fue un accidente no provocado por ella, sino por su concubino, un hombre llamado José Herrera, con el que vive desde que tiene 12 años.
Se pudo conocer que la mujer afirma que el hombre siempre le ha dado mala vida, y el pasado sábado, en una de las constantes discusiones, le propinó un mal golpe que le provocó sangrados y el consecuente aborto.
Esa versión que se encuentra bajo investigación, es puesta en duda por algunas personas que se preguntan porqué la mujer no llamó a la Policía cuando se dio el hecho.
Una fuente médica que pidió reserva, reveló que la interrupción de los embarazos a tan avanzado tiempo de gestación pone en riesgo también la vida de la madre.
"Los abortos clandestinos, especialmente cuando el tiempo de embarazo es tan avanzado, como 5 meses, siempre representan un gran peligro para la madre", explicó el profesional.
Pero no sólo en casos como ese prima el aspecto sanitario, sino también el legal, que sanciona con cárcel ese tipo de prácticas, tanto para quien lo realiza, como a quien se lo deja realizar.
Dependiendo de la gravedad del hecho, el Código Penal establece sentencias que pueden ir de uno a tres años de prisión.
Existe también el aspecto moral y religioso que consideran ese tipo de prácticas como un pecado, al considerar que ningún ser humano tiene derecho a interrumpir la vida que existe desde el momento de la concepción.
Mientras se realizan las investigaciones sobre lo ocurrido, Michelle Mejía fue llevada en primera instancia hasta la Subestación policial de la barriada Roberto Durán, y después puesta a órdenes de las autoridades competentes.
CLANDESTINIDAD: DELITO CRECIENTE
Por ser un acto ilícito, no se mantienen estadísticas sobre casos de abortos clandestinos.
Pero se teme que sea una situación que vaya en aumento con el pasar del tiempo.