Gobierno y guerrilla de las FARC se reúnen
nuevamente este fin de semana
Bogotá
AFP
Con el tema de los paramilitares
en el primer plano, los delegados del gobierno del presidente Andrés
Pastrana y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC, marxistas) se reúnen nuevamente este fin de semana en un apartado
paraje de las selvas del sur del país.
También hablarán sobre la elaboración de una agenda
única de cara a las "negociaciones propiamente dichas",
la sustitución de cultivos de coca y amapola en las zonas de influencia
rebelde y el diseño de un plan para proteger el medio ambiente, dijo
el Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo.
El gobierno ya presentó a la insurgencia una profusa agenda que
contempla reformas que van desde lo económico y social, hasta los
asuntos políticos, la modernización de las Fuerzas Armadas
y las relaciones internacionales.
Pero el asunto de la lucha del Estado contra los paramilitares concentrará
la atención de los delegados rebeldes -que se encontrarán
con los del gobierno en la localidad de La Machaca, municipio de San Vicente
del Caguán, comprendido en el área desmilitarizada de 42.000
km2-, expresó el jefe guerrillero Raúl Reyes.
Reyes, uno de los tres portavoces de las FARC en la mesa de conversaciones,
dijo el miércoles último, al término de un encuentro
de dos días en La Machaca, que la reactivación formal del
proceso dependerá de que el mando central de la organización
juzgue "satisfactorio" un informe que el gobierno le presentó
sobre la lucha contra los escuadrones derechistas.
El grupo marxista declaró "congeladas" las conversaciones
el 25 de enero último -18 días después de haber sido
formalmente abiertas por Pastrana en San Vicente del Caguán-, alegando
que las autoridades no combaten "adecuadamente" a los paramilitares.
Las FARC, que dieron a Pastrana un plazo de tres meses para que "muestre
resultados en ese sentido", entregaron el miércoles a los voceros
oficiales una segunda lista de personas supuestamente comprometidas con
las organizaciones derechistas, que desde hace más de una década
declararon una "guerra a muerte" a los rebeldes.
Durante los encuentros de enero, las FARC entregaron un primer listado
con los nombres de varios militares que consideran relacionados con los
pistoleros de derecha, el cual incluía a los generales Rito Alejo
del Río y Fernando Millán, destituidos hace dos semanas por
Pastrana.
Los dos oficiales dijeron a los periodistas que su retiro fue "exigido"
por las FARC y que el gobierno está a merced de la insurgencia, mientras
que medios periodísticos atribuyeron a altos militares no identificados
haber dicho que la decisión presidencial "afectó la moral
de las tropas".
No obstante, el ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda, negó tales
aseveraciones y enfatizó que el estamento castrense no pretende obstaculizar
el esquema de paz, tal como lo indicaron algunos comentaristas.
Del Río y Millán también acusaron a Ricardo de
ser "una estafeta (mensajero) de la guerrilla", con lo que, según
los observadores, salió a flote el malestar de un sector del Ejército
con la labor del Alto Comisionado de Paz.
Ese hecho se sumó a las "inquietudes" expresadas por
Lloreda y diversos líderes políticos, en el sentido de que
las FARC están cometiendo "excesos" en la zona neutral,
como el reclutamiento forzoso de campesinos y la expulsión de funcionarios
judiciales.
La jefatura rebelde también exigió esta semana el retiro
"inmediato" del párroco de San Vicente del Caguán,
Miguel Angel Serna, quien se opone a la prórroga de la desmilitarización,
a partir del próximo 7 de mayo, a menos que la guerrilla se comprometa
a negociar la paz.
Pese a esos hechos, los delegados del gobierno se han declarado optimistas,
aunque han advertido que el camino hacia la paz será "largo
y difícil".

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