Semana decisiva para disputa de "superpoderes"
de Chávez
Caracas
EFE
El Gobierno y el Parlamento
de Venezuela entraron ayer en una semana decisiva para alcanzar un acuerdo
sobre los poderes especiales que permitirían al presidente del país,
Hugo Chávez, gobernar por decreto en materia económica.
Después de casi 15 días de enfrentamientos, el Ejecutivo
y el Legislativo reanudan mañana, martes, los diálogos para
discutir la llamada Ley Habilitante, que otorgaría a Chávez
los poderes especiales que exige para afrontar la más "grave"
crisis que ha vivido Venezuela en los últimos años.
La batalla por los "superpoderes" se desató porque
el Gobierno rechazó el texto del proyecto de ley que el Congreso
había aprobado dos semanas atrás, que Chávez consideró
un "garabato" y una "camisa de fuerza" que le impediría
acometer las transformaciones "profundas" que espera hacer.
El Congreso respondió que es la primera vez, en la historia democrática
venezolana, que a un mandatario se le otorgan tantos poderes extraordinarios
para gobernar, aunque el Parlamento concedió a Chávez sólo
el 90 por ciento de los que exigía.
El presidente solicitó al Parlamento 15 días después
de asumir el Gobierno poderes extraordinarios para acometer medidas de carácter
económico y tributario para obtener los recursos adicionales necesarios
que solventen parcialmente el déficit fiscal del Producto Interior
Bruto (PIB).
Chávez advirtió de que si el contenido de la Ley vuelve
a ser "insatisfactorio" podría optar por declarar el "estado
de emergencia económica", que supondría la suspensión
de algunas garantías constitucionales de corte económico y
le permitiría legislar de una forma parecida a como lo hubiese hecho
si la Ley Habilitante hubiese sido aprobada como quería.
Las comisiones de ambos poderes encargadas de la negociación
han zanjado diferencias la semana pasada en una reunión negociadora
que revisa el texto del proyecto de ley para una nueva aprobación,
y que fue calificada de "positiva".
El presidente del Congreso, Luis Alfonso Dávila, dijo que el
diálogo fue una muestra de que "hay la mejor voluntad y disposición
para habilitar al presidente y otorgarle los poderes que necesita para remontar
la crisis en la que está sumida Venezuela".
Parlamentarios del partido oficialista y de oposición coinciden
en que esta semana le serán entregados, por segunda vez, los poderes
al gobernante, pero con casi el 98 por ciento de lo pedido.
Mientras esta pugna de poderes ocupa la mayor atención de los
sectores políticos, el país entero espera al referéndum
consultivo de este domingo, en el que se decidirá si los venezolanos
aprueban o no la convocatoria de una Asamblea Constituyente, la principal
propuesta política que llevó a Chávez al poder el pasado
6 de diciembre.
Los sectores políticos han dejado el referéndum en un
segundo plano, pues dan por seguro que el mandatario obtendrá una
holgada victoria con la mayoría de respuestas afirmativas.
Con la Asamblea Nacional Constituyente, Chávez pretende redactar
una nueva Carta Magna, que debería ser promulgada a principios del
próximo año, cambiar el "viejo, podrido y moribundo"
sistema político, cerrar el actual Parlamento bicameral e iniciar
la transformación "radical" de Venezuela para el próximo
milenio.
En la consulta del domingo, unos once millones de ciudadanos podrán
decir si apoyan o no la convocatoria de una asamblea constituyente con el
propósito de transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento
jurídico que permita el funcionamiento efectivo de una democracia
social participativa.
Los venezolanos también deberán responder si están
de acuerdo con las bases propuestas por el Ejecutivo para la convocatoria
de una Asamblea Nacional Constituyente examinadas y modificadas parcialmente
por el Consejo Nacional Electoral.

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