La masturbación en los hombres no sólo es normal, sino necesaria para el conocimiento del cuerpo y sus reacciones, en definitiva, de su sexualidad. Eso redunda en más familiaridad con el cuerpo, sus zonas más sensibles y con su pene, apreciándolo por lo que es, un órgano como cualquier otro, pero que le proporciona placer, bienestar y lo conecta sexualmente con su pareja.
Para muchas personas es algo malo, pero no lo es, todo depende de la edad y esta inicia en la mayoría de los casos en la adolescencia, que es cuando los jóvenes comienzan la exploración de su cuerpo, donde sus cambios físicos y emocionales se tienden a concentrar en el despertar y descubrir lo sexual. En esta etapa, que no tiene edad precisa para surgir, se crea y se acentúa la conciencia sexual e intenta liberar la tensión erótica mediante la masturbación, esto se puede incrementar cuando no tiene pareja, pero no son fenómenos homologables. Es más, muchos hombres se masturban durante toda la vida, con o sin pareja.
MASTURBACION PARA DOS
En estricto rigor se habla de masturbación cuando hay autoestimulación, sin embargo, la masturbación en pareja se puede considerar como una variante en medio del juego erótico previo al coito. Sin importar el nombre que usemos, se trata de estimular directamente el pene y los puntos más sensibles de la pareja.
No está de más decir que la masturbación mutua puede ser una alternativa cuando no se quiere llegar al orgasmo mediante la penetración, ya sea por enfermedad, por estar en los últimos meses de embarazo o por la razón que sea.
La gracia de la masturbación es que se aplica directamente con las manos, o con otra parte del cuerpo, justo en las zonas más erógenas con resultados más efectivos. Ya sea autoprovocada o en medio de la actividad sexual, se podrá jugar e ir descubriendo libremente los deseos y preferencias.
LO BUENO DE LA MASTURBACION
Es un acto de redescubrimiento; los pequeños obtienen placer activo en la autoexploración y el contacto, sólo posteriormente sienten culpas o inhibiciones al respecto.
Permite aprender acerca del propio erotismo: qué nos agrada y qué necesitamos como individuos; somos únicos y podemos ser expertos en lo que respecta a nosotros mismos.
Se aprende a valorar nuestros genitales y a disfrutar de nuestra propia excitación u orgasmos.