Los chimpancés también sucumben ante la profesión más antigua del mundo. Así lo asegura un trabajo realizado por los primatólogos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, Alemania, que tras presenciar 262 cópulas de estas especies en el parque natural Tai de Costa de Marfil, comprobaron cómo las hembras se apareaban con más frecuencia con los machos que habían compartido con ellas la carne obtenida en las cacerías, respecto de quienes no les habían dado nada.
Cristina M. Gomes, una de las responsables del trabajo, dijo a la publicación PloS ONE, que este estudio indica que los chimpancés salvajes cambian carne por sexo, "y lo hacen con miras a largo plazo". Esto sería un "buen negocio" para ambos géneros, ya que los machos mejoran su vida sexual y las hembras aumentan su ingesta calórica sin correr peligro ni sufrir el desgaste de fuerzas que implica el salir a cazar.