Investigadores determinaron que hablar de sexo durante la jornada de trabajo es deprimente. Los autores de la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto en Canadá y también de la canadiense Sauder School of Management de la Universidad de British Columbia buscaban el efecto del comportamiento sexual en el trabajo y la conclusión principal es que llevar el tema del sexo al área laboral tira la moral de los empleados al piso, al punto de deprimirlos y, por ese motivo, llegan a faltar y se sienten menos valorados. Y estos síntomas, además, se pueden dar en aquellas personas que se divierten y ríen con las bromas de tipo sexual.
En el estudio se tuvieron en cuenta tanto las bromas de contenido sexual, las insinuaciones entre compañeros de trabajo y las discusiones que pudiesen mantenerse sobre problemas sexuales.