La comisión que investiga los atentados del 11 de septiembre evaluará hoy martes y mañana miércoles la labor de los servicios de inteligencia y seguridad estadounidenses, en particular el FBI y la CIA, criticados por no haber impedido que Al Qaeda matara a 3.000 personas y destruyera las Torres Gemelas de Nueva York.
Los ex y actuales directivos del FBI y de la CIA comparecerán el martes y miércoles en Washington ante los 10 miembros -demócratas y republicanos- de la comisión parlamentaria, que entregará su veredicto en julio. Además, también serán interrogados el actual ministro de Justicia, John Ashcroft, y su antecesora, Janet Reno. ¿Negligencia?
La investigación avanza y las cosas se ponen cada vez más difíciles para el presidente George W. Bush, acusado por los demócratas y por el ex coordinador de antiterrorismo de la Casa Blanca, Richard Clarke, de no haber atendido las advertencias sobre la inminencia de un ataque terrorista, que finalmente ocurrió nueve meses después de su investidura.
La presión de la comisión obligó a la Casa Blanca a publicar el sábado un informe del FBI entregado a Bush el 6 de agosto de 2001 en el que se advierte de "actividades sospechosas correspondientes a preparativos para secuestros de aviones y otros tipos de atentados, incluyendo la vigilancia de edificios federales en Nueva York".
El informe se titulaba "Bin Laden está decidido a atacar en Estados Unidos".
Los ex directores del FBI, Louis Freeh y Thomas Pickard, se presentan hoy, en tanto que el actual director Robert Mueller y su par de la CIA, George Tenet, lo harán el miércoles. La principal pregunta a la que deberán responder es por qué sus servicios no previnieron los ataques.
El presidente George W. Bush repitió ayer que nunca recibió informe de inteligencia alguno en el que se hablara de una amenaza inmediata contra Estados Unidos antes de los ataques del 11 de septiembre del 2001.