Los habitantes de Faluja han afirmado que Estados Unidos bombardeó los barrios residenciales de la ciudad de manera indiscriminada y con bombas de racimo durante la revuelta contra las tropas de ocupación que estalló la semana pasada.
"Veía los bombardeos desde el tejado de mi casa y por lo menos en diez ocasiones cayeron bombas de racimo", dice Salem al-Qubeisi, un habitante de Faluja de 62 años, refugiado en Bagdad desde el pasado viernes.
Según al-Qubeisi, las bombas de racimo se reconocen fácilmente porque durante varios segundos producen una serie de explosiones a intervalos regulares.
Obrero de profesión, al-Qubeisi vive en al-Yumhuriya, un barrio del centro de Faluja, donde casi no cayeron las bombas, que al parecer fueron la principal causa de la muerte de más de 600 personas.
Entre las víctimas, hay un número elevado de mujeres y niños, muchos de ellos enterrados en un campo de fútbol al estar impedido el acceso al cementerio, según denuncias de los testigos.