El presidente colombiano Alvaro Uribe decidió examinar personalmente la situación creada por la muerte de cinco campesinos a manos de tropas del ejército, que los confundieron con guerrilleros.
Uribe se reunió con los jefes militares para recibir información directa sobre el trágico error y después viajó al municipio de Cajamarca, a 150 km. al suroeste de Bogotá, para encabezar un consejo de seguridad especial en el lugar en donde se registraron los hechos.
El episodio se registró cuando una patrulla que estaba en búsqueda de combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) disparó contra los civiles, entre ellos un bebé de seis meses.
Alejandro Mendoza, hermano de una de las víctimas, explicó que el bebé de seis meses, hijo de su hermano, había enfermado y por eso salieron a la carretera para llevarlo a un hospital de Cajamarca cuando fueron atacados por los militares en una zona en donde desde hace muchos años tiene presencia la guerrilla.