La noche del lunes fue como la del domingo: Enseñanzas a los discípulos y mucha oración. Jesús está en máxima tensión. El ambiente de paz de Betania ayuda a relajar los espíritus, pero Jesús no cede en su lucha y necesita rezar.
El martes acude al Templo por el camino tantas veces recorrido. Los rostros de los que le acompañan están serios; ya no hay vítores de los acampados alrededor de Jerusalén, ni en la misma ciudad. Pero muchos quieren oír y ver al Maestro, al Hijo de David, al que resucitó a Lázaro, al que se ha proclamado Hijo del Padre eterno. Este día todos los grupos que se oponen a Jesús se van a unir y emplear sus armas dialécticas para destruirle. "Siguieron observando y le enviaron espías que simulaban ser justos para cogerle en alguna palabra y entregarlo al poder y jurisdicción del gobernador"(Lc). Muchas cosas van a quedar claras en este día y mucha va a ser la luz para los de mente y corazón abiertos.
Durante este día santo se nos pide imitar a Jesucristo, como nos recuerda San Basilio, hasta la muerte. Muerte del hombre viejo y regeneración por el bautismo a una vida nueva. Los catecúmenos, en efecto, recibirán en el Domingo de Pascua el primer sacramento de la iniciación cristiana, con el cual libremente se obligan a cambiar de vida. Todo será ficticio, carente de sentido, rito mágico, si el cristiano no participa realmente en la muerte y resurrección de Cristo: muerte al pecado y resurrección a la vida de la gracia. Por eso, el bautismo se confiere en la Vigilia Pascual, para expresar visiblemente la inserción de cada hombre en el misterio de Cristo. Toda nuestra vida debe ser eso: continua muerte y resurrección.
Este día nos recuerda que Jesús muy conmovido le anunció a sus discípulos que uno de ellos lo iba a traicionar. Así es, Judas, unas horas antes de la crucifixión de Jesús comió junto a él y le profetizó su traición. Así Jesús se conmueve profundamente cada vez que lo traicionamos con nuestros pecados y nuestros desprecios al prójimo. No seamos unos Judas o unas Judas que cuando alguien deposita su confianza en nosotros, lo traicionamos por la espalda.
Pueden meditar este segundo día santo con el evangelio de San Juan en el capítulo 13. Los invitamos a reflexionar en sus comunidades, asistiendo a sus parroquias. Espere mañana la explicación del Miércoles Santo.