Desde que se anunció su noviazgo y posterior anuncio de boda, Kate Middleton, la novia del príncipe William, se ha convertido en ícono de la moda, y mujeres de diversas regiones la quieren imitar.
Cuando Kate Middleton se puso un "trench" de Burberry en su visita a Belfast a principios de marzo, el equipo de Christopher Bailey, diseñador de la firma británica, debió frotarse las manos. En tan sólo 24 horas, la gabardina gris con un volante en el bajo desapareció como por arte de magia de la tienda "on line" de la marca. La pieza, a la venta por 740 euros, pertenece a la colección Primavera-Verano 2011. Quienes se quedaron sin la suya, corrieron a comprar a golpe de ratón una imitación: una copia de Asda aumentó sus ventas un 300 por 100 en ese mismo período. ¿Lo mejor?, costaba 25 euros.
Éste es sólo un ejemplo del fenómeno en el que se ha convertido Middleton a pocas semanas de «la gran boda británica». Pero hay mucho más: el vestido de seda azul (a juego con el zafiro de Lady Diana) que la joven escogió para el anuncio oficial del compromiso desapareció de las perchas de Harvey Nichols en un solo día.
Y DE LA BODA
El príncipe William y Kate Middleton han encargado un tradicional pastel de bodas decorado con las flores nacionales del Reino Unido, la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia, el narciso de Gales y el trébol de Irlanda.
Guillermo y su prometida han pedido a Fiona Cairns, cuyos pasteles y dulces se venden en las tiendas británicas más exclusivas, que prepare un pastel de varios pisos, con frutos secos y cubierto con un glaseado blanco, decorado con distintas flores, informó Efe.