El bien y el mal se fusionaron en danzas. Las callejuelas de San Felipe de Portobelo vibraron ayer al ritmo de los diablos y congos, que deleitaron a miles de asistentes al más importante evento cultural de la provincia de Colón.
Las tradiciones de la colonia, ritos y personajes que escenificaban al maligno danzante, representado en máscaras negro-rojo y cascabeles, formaron parte de la Séptima versión del Festival de Diablos y Congos de Portobelo.
El parque de Portobelo se quedó pequeño para los 400 diablos y los asistentes que tuvieron que caminar kilómetros por la carretera principal bordeada por el mar.
La Aduana era el escenario y su plaza partícipe de una feria gastronómica con las delicias de la comida colonense; una exposición fotográfica con los rostros de la rebeldía de congos y diablos fue expuesta en el Centro de Facilidades Turísticas de Portobelo.
Era un evento similar a la tradición octubrina del Cristo Negro, filas interminables de carros y una romería de personas se desplazaron hacia ese punto de encuentro cultural de Colón.
Entre las autoridades estuvieron presentes el vicepresidente de la República, Juan Carlos Varela, quien no dudó en bailar al ritmo de los congos. También participaron los ministros Salomón Shamah y Rómulo Roux, entre otros invitados.