Una llamada de un teléfono personal desde el centro penitenciario La Joya a cualquier punto del país, puede costar dos dólares y hasta más. Todo depende de la relación que tenga el reo propietario del celular con los otros presidiarios.
LA LLAMADA
Eran menos de las 8:30 p.m. del martes, cuando sonó el teléfono residencial de la familia Gómez.
Doña Rosa Gómez, la propietaria de la vivienda y madre soltera de 9 hijos varones, se levantó del sillón en que estaba sentada y caminó hacia el teléfono sin dejar de mirar la novela que transmite uno de los canales de televisión local.
- Buenas- contesta la madre, y el hijo respondió: ¿Cómo está la novela vieja? ¿Quién habla? -dijo Rosa. Moreno, madre, tu hijo.
De esa forma comenzó una conversación vía telefónica entre una mamá y su hijo que tiene meses de estar preso en la cárcel La Joya por el delito de falsificar cheques.
El reo, Moreno, explicó que un Nokia 5120 cuesta 200 dólares y un modelo de los modernos, de 500 a 600.
También manifestó que los celulares los pasan de un pabellón a otro.
Claro, depende de cuánto tiene para pagar.