EDITORIAL
Carnaval sin pena ni gloria
El carnaval en la capital pasa sin pena ni gloria. Aparte de la presentación de los artistas extranjeros, la fiesta del Rey Momo en la ciudad de Panamá, no tuvo mayores atracciones. La soberana Lilibeth Ira. y sus princesas hacen lo posible para contagiar de alegría a los panameños y turistas, pero poco se puede, sin el carnaval no se organiza con mucha anticipación. El sábado, domingo y lunes, fueron muy pocos los carros alegóricos y comparsas que participaron en el desfile. Ojalá que hoy en el cierre del carnaval se sumen otros, para tratar de salvar en algo, una tradición que se pierde. La ciudad capital tuvo la oportunidad de lucirse al suspender el gobierno el carnaval en Azuero por la epidemia del hantavirus, pero no se capitalizó esa situación y la fiesta el área metropolitana no tuvo mayores atracciones. Con la experiencia negativa de este año, el gobierno debe designar una Junta Permanente de Carnaval, que integre a la mayoría de las personas involucradas en el "Carnaval Panamá Espectacular 2000", que ya para el otro sabrán como corregir las fallas en que se incurrieron este año. Dicha junta debe tener un período de 5 años, ya que así se evitan las improvisaciones. El gobierno debe dotarla de un capital inicial y de allí en adelante los organizadores deben realizar actividades para engrosar sus finanzas. Se deben conceder premios atractivos para las mejores comparas, disfraces y carros alegóricos, con el fin de involucrar a las principales barriadas y al sector privado. Con una adecuada y anticipada promoción a nivel local e internacional, el carnaval de la ciudad de Panamá podrá recuperar el brillo de antaño que tanta falta le hace, de lo contrario los capitalinos continuarán su éxodo hacia el interior y los turistas optarán por otras alternativas.
PUNTO CRITICO |
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