Se ven cantidad de series, películas, programas especiales o educativos que hablan de cómo terminará el mundo.
Estos argumentan distintas teorías acerca del suceso. Una que otra atemoriza al perceptor hasta el grado que se registra el pánico. Otras han provocado que personas inescrupulosas manipulen los hechos narrados e influyan en criaturas muy sensibles hasta el grado de llevarlas al suicidio.
Casos notorios como el terror provocado en miles de estadounidenses en la década del cuarenta con el anuncio de la guerra de los mundos. Marcianos destruían la tierra. O cuando Jim Jones reunió en las Guyanas un grupo de hombres, mujeres y niños con este pretexto para terminar envenenando a los miembros de dicha secta religiosa.
Por supuesto son actos extremos. Sin pretender hacer comparaciones, la sociedad actual viene trabajando sin la presencia de extraterrestres en su propia desaparición.
Varios estarán pensando en las guerras. Habrá quienes piensen en enfermedades. Seguramente dirán que la culpa será de la comida chatarra y la pereza. No se extrañe que culpen a los políticos. En verdad puede ser de todo un poco.
Sin mayor misterio, sólo miren a su alrededor y observen la cantidad de desechos que producimos. Inagotable." Patacones" donde menos lo piense. Hasta debajo de la cama de los muchachos.
Cucarachas, ratones, mosquitos de toda clase, malos olores, moscas.
Montañas de desperdicios. Para aterrorizar a cualquiera y provocar la histeria colectiva mundial.
Para demostrarlo, considere las bolsas de despojos que una familia de dos personas genera. Por lo menos de dos a tres por día. Si no me cree, investigue, pregúntele a sus familiares o vecinos y verá que nos ahogamos en basura.
La guerra de la mugre y cochinada es la que nos está acabando...