Luego de la exitosa operación de traqueotomía de ayer, han corrido las interrogantes si el santo pontífice, Juan Pablo II, tendría que renunciar o no.
El cardenal argentino Jorge María Mejía, amigo personal del Papa, expresó que un Pontífice que pierde la voz, "tendría que plantearse su dimisión". "Un Papa mudo no puede celebrar la Eucaristía", dijo.
Por su parte, el cardenal Mario Francesco Pompedda afirmó todo lo contrario. "El Papa puede expresarse y gobernar de varias maneras. No es necesaria la voz. El Señor le inspiraría la mejor manera de hacerlo", explicaba Pompedda.