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Varias decenas de miembros extranjeros de Falun Gong protestaron esta semana en Pekín, aumentando la presión sobre el gobierno chino a una semana de la visita que debe realizar a China el presidente estadounidense George W. Bush.
Un periodista de la AFP fue de la detención de seis de ellos, todos occidentales, que trataban de desplegar banderolas en la plaza Tiananmen en la que se habían apostado ciento de policías visiblemente en alerta.
Según la agencia Nueva China, más de 40 miembros extranjeros de Falun Gong fueron detenidos, es decir el mayor número de extranjeros detenidos hasta ahora en la plaza.
Se trata de la segunda manifestación de protesta de adeptos de Falun Gong desde comienzos de la semana pasada en al capital china, luego de la detención de un canadiense y de un estadounidense, que fueron expulsados de China.
Estas manifestaciones de extranjeros de Falun Gong en la plaza Tiananmen confirman la nueva estrategia de la secta de inspiración budista y maoísta, prohibida en China desde 1999, mientras que los miembros chinos de la secta cesaron de manifestar en la plaza.
Estos últimos sufrían una violencia peor de parte de las autoridades, antes de ir a parar a campos de reeducación o condenados a severas penas de prisión. A una semana de la visita del presidente George W. Bush a Pekín, las recientes manifestaciones buscan al parecer llamar la atención sobre la represión a Falun Gong, de la cual decenas de miles de miembros han sido detenidos, enviados a campos de reeducación y más de 300 han muerto en detención, según la secta.
La libertad religiosa debería ser uno de los temas de discusión entre el presidente estadounidense y los dirigentes chinos, en momentos en que Bush está sometido a presiones de los grupos religiosos conservadores, en particular después de la publicación el pasado miércoles en Estados Unidos de documentos presentados como proyectos de represión en China de los cultos prohibidos. |
