Definitivamente, la felicidad de un niño no se puede comparar con un fin de semana en la playa o en cualquier otro lugar del país.
Del 23 al 27 de enero, la Fundación Pro Niños de Darién celebró su XVII Campamento Infantil de Verano en la Granja Agropecuaria y Ecológica "Niños de Darién", ubicada en Villa Darién, Metetí. Allí se reunieron 91 niños y niñas indígenas, los campesinos y negros, de 8 a 11 años de edad.
Este año el encuentro tuvo como lema "Los derechos de los niños tú los debes conocer". Y así se daba inicio a una fiesta inolvidable.
Luego de compartir y disfrutar tres días, se acercaba la hora cero, el sábado. Ansiosos por saber qué iba a suceder, los chicos se entretenían pensando en qué querían ser cuando grandes.
Mientras unos jugaban con los linces, otros pintaban y dibujaban sus sueños. Ya en la cocina se estaba preparando el almuerzo, una sopa de gallina de patio, arroz blanco y patacones.
Minutos después los niños eran llamados a comer. Terminada la hora de los alimentos, ya se escuchaba la voz José (el vocero) para que nos fuéramos preparando para el recorrido por los senderos.
Todos nos encaminábamos hacia el área ecológica. La vista era maravillosa, los niños se deleitaban mirando los monos, los cerdos, los pájaros y la gran variedad de árboles. Pero lo más agradable era sentir y escuchar la serenidad del bosque, acompañado de las risas ingenuas de casi cien jovencitos que gozaban de toda una realidad.
De retorno a la finca nos esperaban dos piñatas y muchas bolsitas de golosinas.
Un círculo iluminado era la forma perfecta para agradecer a Dios todo lo que se estaba viviendo en ese campamento. Al rato, hacía su entrada un grupo de indígenas Emberá quienes bailaron tres de sus ritmos.
Contentos, sonrientes y muy alegres los 91 niños esperaban el transporte que los llevaría a sus diferentes destino, todos estaban conscientes de que el cuento de hadas se acababa ahí y que del otro lado la vida no era igual. Pero lo que vivieron jamás lo olvidarán.