Lo que era una curiosidad o una forma novedosa de relacionarse con el banco se ha convertido en una rutina doméstica, como hacer la compra en el supermercado o llevar a los niños al colegio o a un parque. Hablamos de los cajeros automáticos, que hoy hay miles repartidos a lo largo y ancho del país, y en donde los panameños realizan, cada día, miles de operaciones bancarias.
Pero con la comodidad y los avances tecnológicos también han aumentado los riesgos.
Crítica tuvo la oportunidad de conocer la historia de una joven a la que llamaremos María para ocultar su identidad. Aún con lágrimas en los ojos, la joven recordó aquella trágica noche cuando fue víctima de un atraco, precisamente minutos después de haber sacado una buena cantidad de dinero de un cajero automático.
Con voz entrecortada, la joven confesó que los asaltantes la bloquearon en el momento en que se dirigía hacia su automóvil. Recordó que los malhechores observaron cada uno de sus pasos, desde un vehículo color negro que estaba estacionado cerca al de ella y en el que se fugaron con el botín.
De seguro, que así como le sucedió a María, miles son los panameños que podrían ser víctima de un atraco, sencillamente porque no toman las precauciones necesarias cuando utilizan el servicio del cajero automático.
CONSEJOS DE SEGURIDAD
El primer consejo que dan las instituciones de crédito y bancarias tiene que ver con la elección del cajero automático. Evitar los que se encuentran aislados, con poca iluminación o expuestos a la vía pública -especialmente de noche- también ayuda a evitar sorpresas.
Si es necesario, elija aquellos cajeros automáticos que están dentro de supermercados que son 24 horas, independientemente de que no sea del banco donde tiene depositado su dinero. Tenga presente que es mejor perder unos cuantos centavos, que arriesgar su vida.
Asegurarse de estar solos es otra forma de prevenir incidentes. No es conveniente utilizar un cajero en compañía de otras personas, aun cuando parezcan inofensivas o sean niños, ya que hoy es una realidad que el número de menores delincuentes en el país ha subido a pasos agigantados.
Si no se puede evitar la presencia ajena, es fundamental que nadie vea la clave de acceso personal (PIN), un código de cuatro dígitos que, por recomendación de todos los bancos, el usuario debe memorizar. Llevar el número escrito en un papel de la cartera equivale a poner la dirección de su casa en su frente, porque cualquier persona que accediera a esa información podría delinquir con mayor facilidad.
En cualquier caso, en el momento de ingresar el número, es imprescindible cubrir el teclado con una de las manos o el cuerpo para que ninguna otra persona tenga acceso visual.
CUIDADO CON LOS "MARCAS"
Cada vez que decida utilizar un cajero automático, observe su alrededor. Y es que puede haber cerca personas extrañas, leyendo periódico, que lo observan cuando está retirando dinero. A esos, en otros países como Perú, los conocen como "marcas", porque tienen un celular listo para dar aviso a sus cómplices que están ubicados dentro de dos autos en los estacionamientos, cerca del cajero automático.
Según lo investigado, los "marcas" dan la descripción de la persona que acaba de salir de un cajero con dinero, en qué auto ha subido y qué dirección ha tomado. Ya cuando la víctima sube a su vehículo, los asaltantes lo siguen para luego cerrarle el paso, lo encañonan, lo bajan, lo golpean y le roban; mientras que otros, que no corren con la misma suerte, acaban en el cementerio.