El pasado 31 de diciembre se aprobó en tercer debate la Ley que crea el Consejo de la Concertación Nacional.
Lo más trascendental que ha ocurrido en nuestro país en los últimos años, debido en gran medida a la impronta de la sociedad civil. Lo anterior constituye lo más trascendental, pues si vemos el tema con la responsabilidad necesaria, es en el tiempo la mejor solución al principal problema que enfrenta nuestro país: la pobreza, marginación e inequidad. El Desarrollo Humano y Social, es el proyecto histórico que ahora tenemos entre manos, y así han de entenderlo sobre todo quienes aspiren a cargos de elección popular.
Exhortamos a la pronta sanción de la Ley que establece el Consejo y a la pronta instalación del mismo, con su debida unidad técnico administrativa, de manera que podamos dar seguimiento al cumplimiento de los acuerdos de la concertación. Es importante, también, que trabajemos arduamente para tener pronto la Ley de Responsabilidad Fiscal, la Ley de Participación Ciudadana, la Ley de Descentralización, y aquella sobre el Sistema Único de Salud, todo resultante de la concertación nacional., dentro del esquema o mecanismo de verificación y seguimiento, o en función del cumplimiento cierto, en el tiempo, de los acuerdos y metas consensuados.
Es el momento también para que los partidos políticos y los distintos dirigentes políticos que pretenden aspirar a puestos de elección, en forma clara y abierta indiquen si están o no comprometidos con la hoja de ruta que todos los sectores de nuestro Panamá hemos acordado durante la concertación, y cómo proponen cumplirla; aquél candidato
a que se burle de la concertación, el día de las elecciones se lamentará de haberlo hecho, pues sentimos que la ciudadanía está mucho más sensibilizada que antes en cuanto a la importancia de elegir bien, a conciencia, por aquellos candidatos que tengan credibilidad y que realmente miren a la política como un honroso privilegio de servir hacia el bien común y desgastarse por el desarrollo humano y social de este país, muy lejos de servirse de la política, para beneficio propio o de su grupo económico o político.