José Luis Girón, de 76 años, murió ayer, martes, con quemaduras de tercer grado en diferentes partes del cuerpo luego que lanzara gasolina a una letrina y después le prendiera un fósforo.
Según versiones de una unidad del Cuerpo de Bomberos que atendió el hecho, aparentemente en esa vivienda tenían la costumbre de rociar gasolina a la letrina para evitar los malos olores, pero tenían el escusado tapado todo el tiempo.
Se presume que la combustión de esos gases reaccionó al fósforo encendido que lanzó Girón, provocando una explosión que causaron graves lesiones en la anatomía del anciano, quien fue trasladado, primero al Nicolás A. Solano, y después al Santo Tomás, donde falleció.
Al lugar llegó la ambulancia del Cuerpo de Bomberos para trasladar al anciano cuyo cuerpo tenía el 80 por ciento quemado. La Oficina de Seguridad adelanta las investigaciones.