EPASA lleva alegría a niños de "La Zona" en Los Santos

Redacción
Crítica en Línea

Una luz de alegría y hermandad bañó el estrecho paso donde se asienta "La Zona", un área precarista de la provincia de Los Santos, donde tuvo lugar el encuentro comunitario 1999 de la gran familia EPASA.

Por segundo año consecutivo los trabajadores y administradores de la Editora Panamá América S.A. compartieron con humildes niños de áreas social y económicamente marginadas.

Este año el encuentro tuvo lugar en una zona poblada por casitas levantadas con retazos de hojas de zinc, en la que viven muchos niños.

Para suplir la necesidad básica de vivienda, los padres de los niños poco a poco se fueron ubicando en un área estrecha, ubicada entre dos potreros privados. Pero este movimiento migratorio fue apenas una pequeñísima solución a las múltiples carencias de estas familias, a las que luego de sendos reportajes publicados por los diarios de EPASA, las autoridades gubernamentales han prometido una respuesta decorosa en materia de vivienda.

Desde las 10:00 a.m. del pasado domingo 17 los niños esperaban ansiosos la visita de sus nuevos amigos, quienes les celebrarían una fiestecita.

Un poco después tenía lugar la convivencia, bajo la sombra de un frondoso árbol que de un lado también ampara al ganado de las inclemencias del sol.

Los niños cantaron, jugaron, rieron y rompieron la piñata. Hubo de todo para todos.

Después del refrigerio, se celebraron competencias de cargar un huevo con la cuchara en la boca, carreras en saco y la ronda alrededor de la silla.

Los pequeños estaban tan contentos que ninguno se quedó sin participar.

Cuando llegó el momento de entregar los obsequios, los niños, con la espontaneidad que los caracteriza, rompieron ansiosos las envolturas que dejaban ver la ropa y los juguetes que les obsequiaron sus amigos. Las chispas de alegría que salían de sus ojos llenaron el lugar con una magia especial.

Los padres de familia, en nombre de sus hijos, agradecieron a los integrantes de EPASA por la actividad, pues dijeron que es la primera vez que sus hijos son agasajados.

Por su parte, los trabajadores agradecieron a Dios por hacer posible un momento tan hermoso, que les permitió conocer más a sus hermanos y celebrar la felicidad que embargaba a los niños.

Como una muestra de agradecimiento, tanto hombres como mujeres de La Zona interpretaron temas folclóricos y hasta ofrecieron un improvisado desafío de gallos.

En este amistoso encuentro uno de los gallos, de color blanco, representaba a Crítica Libre y el otro, colorao, a El Panamá América.Animados por los presentes, los gallos también demostraron que no se trataba de una disputa, sino de un momento de alegría y decidieron que ninguno de los dos iba a ganar. El encuentro terminó con un decoroso empate.

Luego de la inevitable despedida, tanto niños como adultos se alinearon a orillas del camino carretero para agitar la mano y darle un hasta luego a quienes un poco tristes por la partida, se llevaban sus corazones henchidos por contribuir a hacer posible el sueño de un sector representativo de tantos niñas y niñas que viven en situaciones críticas de pobreza.

La actividad reforzó los lazos de amistad y cooperación entre integrantes de la gran familia EPASA, al tiempo que sirvió para inspirar nuevos encuentros entre hermanos.

 

 

 

 

 




 

Los infantes esperaban con ansia la visita de los empleados y administradores de la Editora Panama America, y abrieron sus regalos con la voracidad de quien ha estado esperando un gesto de amor por mucho tiempo. Al final de la tarde, estaban satisfechos de tanto jugar, reír y ser el centro de atención de "la gente del periódico".

 

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