Alma Cortés y Luis Ernesto Carles fumaron ayer la pipa de la paz, tras haberse lanzado fuertes acusaciones que incluyeron la violación del reglamento interno del Ministerio de Trabajo, al no delegarle funciones al viceministro mientras la titular de la cartera cumplía misiones internacionales.
La ministra Cortés aceptó que hubo opiniones encontradas con Carles en temas relacionados con la mesa del diálogo por la Ley 30, pero reconoció que al final se generaron los resultados esperados por el aporte de su compañero de fórmula ministerial.
Contrario a las críticas hechas a Cortés, por no delegarle funciones, el viceministro Carles expresó esta vez que no podía ejercer la cartera, ya que en la mesa del diálogo trabajaba por 12 horas diarias y el ministerio necesitaba a alguien que atendiera varias responsabilidades.
Cortés aclaró que con la labor de casi 7 meses realizada por el funcionario en la mesa no podía recargarlo con más trabajo en el ministerio, al tiempo que aclaró que Carles nunca ha dejado sus funciones, como las de atender el pago de los trabajadores en Changuinola y encabezar otras comisiones.
"Somos un equipo, queremos asegurar la seguridad económica de las inversiones en este país", enfatizó la ministra, antes de iniciar la entrega de canastillas en el Hospital Santo Tomás para celebrar el aniversario del Ministerio de Trabajo.
ELLOS HABLAN
"No hubo confrontación ni discusión, somos abogados, a veces él piensa de una forma y yo de otra, y en la discusión de los temas luego vienen los resultados", expresó la funcionaria.