El juicio contra Armin Meiwes, de 42 años, el caníbal alemán que mató y se comió al ingeniero berlinés Bernd Juergen Brandes, de 43, en su domicilio de la idílica localidad de Rotenburgo, continuó ayer lunes en Kassel con el interrogatorio a los policías que investigaron cómo se preparó el espeluznante acto.
Los investigadores se ocuparon del intercambio de correo electrónico entre el acusado y su víctima. Meiwes confesó a los magistrados haber matado, descuartizado e ingerido pedazos del cuerpo de Brandes en la noche del 10 de marzo de 2001 en su casa.
En el segundo piso de la vivienda de entramado de madera, el acusado había preparado "un matadero". La casa, como las que abundan en la región del valle del Fulda, está situada al borde de un bosque, en uno de los bucólicos lugares que inspiraron a los hermanos Grimm para sus cuentos de hadas a comienzos del siglo XIX. |