El año pasado terminó con una buena noticia: Superando todas las expectativas, en 2003 la economía panameña creció por encima del 4%. Este crecimiento nos coloca a una distancia muy ventajosa respecto de la mayoría de los países de la región.
Todo parece indicar que hemos superado el más reciente bajón, que comenzó en 1998 y se prolongó hasta 2002. Que la experiencia vivida nos sirva para reflexionar y emitir nuestro voto concienzudamente en mayo de este año.
Nuestro reto es mantener el crecimiento económico y asegurar que la riqueza que genera se distribuya más equitativamente, a fin de erradicar la pobreza. No hay razón para que no lo logremos, con empeño, buena voluntad y buenos gobernantes.
A la competencia electoral se han presentado individuos y partidos que no merecen la confianza ciudadana y buscan su propio beneficio antes que el bien común. Algunos candidatos y partidos, colaboradores de la dictadura militar que empobreció y torturó al pueblo panameño, compiten desvergonzadamente por la simpatía popular.
¿Qué podemos esperar de ellos si vuelven al poder? "Lo mismo pero peor", pues no se arrepienten de sus acciones. Usted, que lee esto: Estudie la historia de la dictadura, entre 1968 y 1989. Repase los hechos ocurridos entre 1994 y 1999, para que no lo "cuenteen". Como elijamos mal, la bonanza económica irá a parar a unos cuantos bolsillos privilegiados. Y para el resto de los panameños sólo habrá palo y sufrimiento. |