Basura y aguas pestilentes en plena vía central de Santiago fue lo que quedó después de la celebración del Año Nuevo.
Los comerciantes, que durante esta fecha, realizaron sus ventas de frutas y otros productos en este sector, dejaron residuos creando malos olores y charcos que no embellecen la ciudad.
Las personas comentaron que no es posible, que inicien el año nuevo con estos olores desagradables.