Para las fiestas de Navidad, Año Nuevo y de Reyes, es una tradición saludar a familiares, amigos y compañeros. Es la época en que se olvidan las diferencias que puedan existir. Sin embargo, hay personas que no saludan a nadie. No los conmueve nada.
Hace poco tuve la oportunidad de visitar a un viejo amigo que padece serios problemas de salud. Por mis ocupaciones y dificultades personales me había alejado un tanto de él.
El día de Navidad, cuando la mayoría de las personas refrescaban su goma o seguían la rumba familiar, me dirigí a la residencia del amigo olvidado. Las calles del sector estaban solitarias. Su esposa y él se sorprendieron en verme.
Dentro de las circunstancias que enfrenta un enfermo le dije: "feliz Navidad". El hombre ensayó una sonrisa, pero en sus ojos se notaba la tristeza y me respondió: "gracias e igualmente".
Por más de una hora estuvimos conversando. Al despedirme me sentí bien conmigo. Para esos días estaba pasando algunas dificultades personales, pero pensé que aún así, todavía tengo tiempo para los demás, que pueden estar en peores condiciones que yo.
Es así que no entiendo como algunas personas para estas fiestas no tienen un minuto para alzar el teléfono y decirle a una persona que aprecie: "oye, feliz Navidad; feliz Año Nuevo o feliz día de Reyes".
Si no tienes teléfono manda una tarjeta postal, un correo electrónico o simplemente una carta.. En fin, ¡tratemos de ser mejores personas!. |