Israel subió un escalón en su ofensiva a Gaza al matar a Nizar Rayan, destacado líder de HAMAS, y retomar así la política de "asesinatos selectivos" contra dirigentes islamistas que aplicó en los años más duros de la Segunda Intifada.
Rayan, su mujer y sus ocho hijos murieron en un bombardeo aéreo contra su vivienda en el campo de refugiados de Yabalia, en el norte de Gaza, informaron fuentes médicas.
Era el dirigente más importante de HAMAS en el norte de Gaza y se encargaba de coordinar las ramas política -el partido- y militar de HAMAS, las Brigadas de Ezedín Al-Kasam.
Fuentes militares israelíes justificaron el bombardeo por su pasada "participación en la organización de atentados suicidas en Israel", como al que envió uno de sus hijos en 2002.
Enmarcado en la línea dura del movimiento, el dirigente asesinado había abogado en los últimos días por retomar los atentados terroristas en Israel en respuesta al bombardeo masivo israelí en Gaza iniciado hace seis días.
Doctor en Filosofía Islámica, Rayan es la víctima de mayor rango de la ofensiva israelí "Plomo fundido", que ha causado más de 400 muertos -un 40% civiles- y 2,000 heridos, según el balance dado a conocer por el jefe del servicio de emergencias de la Franja, Moawiya Hasanein.
Un 40% de los 2,000 heridos por estos ataques son mujeres o niños y una décima parte se encuentra en estado grave, precisó Hasanein.
La muerte de Rayan remite a la política de "asesinatos selectivos" que Israel aplicó entre 2002 y 2004, entre otros al líder y fundador de HAMAS, Ahmed Yasín, y a su sucesor, Abdelaziz Rantisi.
Tras la tregua unilateral declarada por las milicias palestinas en 2005, Israel sólo dirigió sus misiles contra dirigentes de la Yihad Islámica, un pequeño pero radical grupo que no se adhirió al cese de hostilidades.