EL DESCUBRIMIENTO

DEL PERU
El Primer Viaje

Estando ya poblado la dicha Panamá y siendo los dichos capitanes vecinos de ella, hicieron un concierto y capitulación con el dicho Pedrarias de Avila, Gobernador de la dicha tierra, que el dicho capitán Pizarro, con cierta gente y navíos, fuese por la costa de la mar del Sur, a descubrirla y calar y saber lo que había por ella, y así hecha la dicha capitulación con el dicho Pedrarias, en la cual más largamente parecerá las condiciones que hubo en ella, el dicho capitán don Francisco Pizarro fue por la dicha costa adelante, aunque con ruin aparejo de navíos, por ser los primeros que en la dicha mar del Sur, se había hecho y con cierta cantidad de gente, el año de veintitres o veinticuatro, donde anduvo muchos días padeciendo muchos trabajos y necesidades de hambres y enfermedades de peligros por llevar ruines navíos y no sabida la navegación (...). La costa es temerosa(...)

Francisco Pizarro

En los árboles altos que están en aquella costa tenían hechas sus casas atravesados los maderos de unos a otros, siendo todo el suelo de anegadizos y loma, que no se podía andar ni calar la tierra adentro, porque muchas veces probaron por algunos ríos a subir y buscar tierra enjuta y aunque anduvieron muchos días por ellos nunca la hallaron, y como su intención era inquirir y saber qué tierras y provincias había por allí adelante, y también por la necesidad de mantenimientos, érales forzado llegarse a tomar lengua de las dichas gentes que habitaban en aquellos árboles; los cuales no admitían su plática, antes desde arriba con piedras y otras defensas se defendían, de manera que no los podían entrar, en lo cual se pasaron grandes trances; y no sé si de esa segunda vez o de la tercera descubrieron aquel río de palmas y un pueblo llamado Peruquete de donde toda la tierra y provincias innumerables que adelante se descubrieron fue llamado Perú; siendo lo que ahora vulgarmente llaman el Perú más de seiscientas leguas adelante de esto; ni haber lugar en todo ello de tal nombre, pero como desde allí dieron la vuelta a Panamá que fue al año de vienticuatro entrado el de veinticinco, trajeron este apellido que decían que venían del Perú, y así se nombró todo lo que en adelante se descubrió, como tengo dicho.Creo que en esta segunda entrada fue el capitán Almagro con gente y otros navíos en busca del dicho Pizarro; y en esta jornada en un cierto reencuentro le quebraron un ojo los indios; vueltos la segunda vez a rehacer de gente a la dicha isla, que tengo dicho, tomando más y apercibiéndose de todo lo que pudieron, tornaron a proseguir su jornada tercera vez, con toda la más gente y bastimentos que pudieron; aunque de todo llevaban poco por la falta de los navíos, y así tornaron a proseguir su jornada, no se osando desapegar de la vista de la tierra o árboles, por mejor decir, porque tierra en todo esto nunca la vieron y así anduvieron peregrinando) por la dicha costa muchos días haciendo (sus entradas por los ríos en barcas y canoas donde nunca pudieron hallar tierra enjuta y buena donde poder echar la gente si no (...) en las islas de la Borboña o del Gallo que son despobladas, remedio para la gente.Después a la disposición de la tierra y cuando (el documento aparece roto)era y que los tiempos siempre les eran contrarios porque en todo el año reinan en aquella costa. Acordaron de dar la vuelta a la dicha Panamá con la gente que les había quedado, que mucha de ella y la mayor parte, todas estas veces les faltó, muerta de hambre y de enfermedades y de los indios: porque aunque se hallaban pocos pueblos, los que se hallaron eran gente belicosa y peleaban con los españoles muy crudamente y los mataban muchos de ellos, especialmente en un pueblo que se llama (hay un claro) que estaba cercado de unas estacadas; se vieron en mucho trabajo y peligro; porque como andaban flacos dieron de noche en los españoles y pusiéronles en mucho aprieto, y aunque todos hicieron lo que pudieron si no fuera por Pizarro que con una espada y una rodela despertó el primero, todos fueran muertos, el cual lo hizo tan bien que sin otra arma ninguna, cuando fue socorrido de su gente tenía a los pies muchos indios muertos. De este reencuentro, él quedó con victoria, aunque muy fatigado con su gente y mal herido. Muchas cosas particulares acaecieron en estas jornadas, que no las pueden saber sino los que en ellas se hallaron; y lo que yo aquí cuento, lo sé de ellos y de habérselo oído decir al dicho Pizarro muchas veces, andando en la conquista del Perú.


 

 

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