Florencio H. Arosemena y la Crisis Interna

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Dra. Patricia Pizzurno
Dr. Celestino Andrés Araúz

El nuevo Presidente no era un político y sí, por el contrario, un prestigioso ingeniero de renombre internacional. Llegó a la presidencia como un comodín de Chiari a quien éste pensó manipular. La falta de experiencia política de Arosemena, así como la inexistencia de una plataforma partidista que lo apoyara dieron como resultado que su gobierno se caracterizara por la extrema debilidad y que el Presidente hiciera gala de una falta extraordinaria de sentido de la oportunidad . A ello se agregó la grave crisis económico-fiscal que atravesaba Panamá, a lo que se sumó el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929 y la consiguiente depresión mundial. La crisis económica mundial repercutió con mayor intensidad en Panamá por las mismas características de la economía nacional, dependiente, terciaria, subordinada al extranjero y que se nutría con productos de importación, al tiempo que la producción nacional era insuficiente y en algunos casos inexistente.

Al desajuste de la balanza comercial se agregó que Arosemena se rodeó de gente poco honesta y el gobierno se caracterizó por realizar gastos extravagantes en momentos de crisis. Ello fortaleció aún más los rumores de corrupción. Precisamente con el fin de mejorar el estado de la hacienda llegó a Panamá la misión Roberts en 1929 para realizar una investigación Económica de la República. Esta misión realizó una serie de recomendaciones que Arosemena decidió poner en práctica realizando recortes y la racionalización del gasto público. Así, se iniciaron despidos y se suspendieron las obras públicas lo que exacerbó aún más el crispado panorama social. Otras recomendaciones de la investigación Roberts fueron la creación de una Zona Libre , la eliminación del descuento del 5% a los empleados públicos y el establecimiento de la Contraloría General de la República.

Sea como fuere, el gobierno se las arregló para extender el alcantarillado al interior del país y abrir nuevas calles y avenidas. También se inauguró el Ferrocarril de Puerto Armuelles y se construyeron viviendas para los sectores más necesitados y se potenció la construcción del Barrio Obrero. Se legisló acertadamente reconociendo los derechos de las mujeres trabajadoras en estado de gravidez; se establecieron casa-cunas y el pago de sueldos a médicos y enfermeras contagiados en el cumplimiento de sus funciones. Se exoneró de impuestos a los libros y revistas y se adoptó un gravamen cuyo producto se destinaba a la instrucción pública.

Pese a estos logros incuestionables, los 27 meses de mandato de Arosemena estuvieron signados por la inestabilidad y confusión imperantes en el campo político. Además, del sector porrista, rival de Chiari, surgió por entonces una tercera fuerza, la Junta Patriótica Nacional, presidida por Domingo Díaz, que se oponía al regreso de Chiari a la presidencia en 1932 y que, hasta cierto punto, secundó el golpe de Estado de Acción Comunal.

Asimismo, Jeptha B. Duncan quien había sido un estrecho colaborador del Presidente, rompió con él y se dedicó a hostigarlo a través de las páginas del periódico El Tiempo. Poco a poco, Arosemena se fue quedando solo y aislado en el escenario político. De modo que todo estaba perfectamente preparado para el golpe de Estado: oposición al retorno de Chiari a la presidencia; corrupción, crisis económica, debilidad del Ejecutivo e incapacidad para reclutar nuevas fuerzas en las que apoyarse, pugnas políticas internas y un ambiente de insatisfacción general que pasaba por el mismo derrotismo del Presidente, quien había llegado a la conclusión que Panamá era ingobernable.

 

 


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