Las Fuerzas de Defensa, el narcotr�fico y Hugo Spadafora

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Dr. Celestino Andr�s Ara�z
Dra. Patricia Pizzurno

En julio de 1984, poco despu�s de las elecciones, el Teniente Coronel y Secretario Ejecutivo del Estado Mayor de las FFDD Juli�n Melo Borb�a fue implicado en un caso de narcotr�fico. Si bien Melo fue destituido, poco despu�s se captur� en Miami un avi�n paname�o de la compa��a INAIR cargado de coca�na. Tambi�n se conoci� que poco antes miembros de los principales carteles de la droga se hab�an reunido en Panam�, con el visto bueno del General Noriega. Para entonces, ciertos sectores de los Estados Unidos ten�an bajo la mira al militar paname�o.

Igualmente, desde tiempo antes, el m�dico guerrillero y ex vice Ministro de Salud de Torrijos, Hugo Spadafora hab�a comenzado a denunciar las actividades criminales de Noriega, entre las que se destacaban el tr�fico de drogas y de armas, as� como el lavado de dinero procedente de la droga. En septiembre de 1985, el cuerpo decapitado de Spadafora apareci� en la frontera con Costa Rica, en momentos que Noriega se encontraba en Francia y el Presidente en Nueva York.

Presionado por la familia Spadafora y por la opini�n p�blica para que se iniciara una investigaci�n seria e independiente, Ardito Barletta declar� que nombrar�a una comisi�n especial. Pero Noriega ni sus secuaces estaban dispuestos a tolerar esta situaci�n, de manera que el 27 de septiembre Ardito Barletta, de regreso de su viaje a Nueva York, fue obligado a renunciar. Asumi� la presidencia Eric Arturo Delvalle, en medio de una de las peores crisis pol�ticas que vivi� el pa�s.

Pero la familia Spadafora no se dio por vencida y se traslad� a Washington con el fin de alertar al gobierno de los Estados Unidos sobre la situaci�n que se viv�a en el pa�s y con la intenci�n de que se iniciara una investigaci�n seria sobre las actividades de las FFDD. La suerte estuvo de su lado pues lograron interesar al poderoso Senador Jessee Helms, uno de los mayores detractores de los Tratados Torrijos-Carter. Helms propuso en el Senado que la CIA investigara las acusaciones vertidas contra las FFDD respecto al narcotr�fico, venta il�cita de armas, blanqueo de dinero, violaci�n de los derechos humanos y su participaci�n en el asesinato de Hugo Spadafora.

El gobierno de Panam� recibi� muy mal la noticia. El Presidente Delvalle calific� la medida como una intromisi�n injustificada en los asuntos internos del pa�s, al tiempo que reiter� el apoyo irrestricto del Ejecutivo a las Fuerzas de Defensa. Pero era evidente que la buena estrella del r�gimen se hab�a opacado y este era el principio del fin.

 

 


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