Los a�os de la guerra

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Dr. Celestino Andr�s Ara�z
Dra. Patricia Pizzurno

Una de las primeras medidas del nuevo gobierno fue permitir el artillamiento de la naves con bandera paname�a. A ello se agreg� que dos meses despu�s se produjo el ataque japon�s a Pearl Harbor, merced a lo cual Estados Unidos entr� en guerra y Panam� hizo lo propio. De inmediato, se procedi� a detener a los ciudadanos japoneses que fueron enviados a los Estados Unidos para ser internados en campos de concentraci�n.

R�pidamente, la econom�a, mostr� signos de mejor�a gracias a la llegada de miles de trabajadores contratados para las obras de ampliaci�n del Canal, as� como al aumento del personal militar. En mayo de 1942, se firm� el Convenio de Arrendamiento sobre Sitios de Defensa, conocido como F�brega - Wilson, en el que el canciller Octavio F�brega recogi� varios de los planteamientos de su predecesor. Por el mismo, Panam� le permit�a a los Estados Unidos el establecimiento de 134 bases militares en territorio nacional. A cambio de tan desmedidas concesiones la Rep�blica recib�a 300.000 d�lares anuales en concepto de arrendamiento. Se estableci� que las tierras revertir�an a Panam� un a�o despu�s que entrara en vigencia el Tratado de paz. Por su parte, Estados Unidos se comprometi� a darle cumplimiento al Memor�ndum de los Doce Puntos, presentado por Arnulfo Arias el a�o anterior.

Lo cierto es que Panam� cumpli� al pie de la letra con su parte del acuerdo, pero Washington regate� hasta �ltimo momento el cumplimiento del Memor�ndum.

Como es natural, el estado de guerra torn� a�n m�s dependiente de los Estados Unidos a la econom�a nacional. Se calcula que 1/8 parte de la mano de obra productiva de todo el pa�s laboraba por estos a�os en la Zona del Canal. Incluso, muchas escuelas se quedaron sin maestros y profesores por esta situaci�n. El caudal de numerario super� las expectativas en las ciudades terminales pero, como sabemos, produjo una prosperidad m�s ficticia que real. Las especiales condiciones de la guerra provocaron una creciente emigraci�n del campo a la ciudad, con el consiguiente abandono del medio rural. El Istmo que nunca se hab�a caracterizado por ser un gran productor, produjo a�n menos y ello se vino a sumar a las dificultades de las comunicaciones mar�timas que contribuyeron al desabastecimiento del mercado local. El resultado fue una inflaci�n galopante que provoc� el aumento en el costo de la vida y que, desafortunadamente, no se normaliz� con el fin de la guerra. Seg�n estudios postoriores se calcula que algunos productos sufrieron, durante �stos a�os, un incremento del 300% sobre su precio.

Aunque la prosperidad del gobierno fue indiscutible durante estos a�os, al extremo que se calcula que el Tesoro ingres� m�s de 100 millones durante el periodo de guerra, esta suma no se emple� para generar riqueza permanente, sino que se utiliz�, entre otras cosas, en la realizaci�n de obras p�blicas que requer�a el estado de guerra y que Panam� tuvo que acometer por exigencias de los Estados Unidos. Pese a que ambas naciones se transformaron en aliados, hubo discrepancias en el tratamiento de algunos temas. Panam� denunci� la detenci�n indiscriminada de ciudadanos paname�os en territorio nacional por parte de efectivos militares de los Estados Unidos. Tambi�n hubo desacuerdos respecto a la utilizaci�n de la pista de Albrook Field para fines comerciales. Pero por lo dem�s, el Presidente de la Guardia mostr� una gran lealtad hacia los Estados Unidos.

Pero la guerra tambi�n trajo otros desajustes a lo interno del pa�s. En enero de 1942, la Asamblea Nacional hab�a decidido no elegir Designados, sobre todo, porque se tem�a que los partidarios de Arias accedieran al cargo y llamaran a su l�der a ocupar nuevamente la presidencia. Sin embargo, un grupo no estuvo de acuerdo y abog� por la elecci�n de Designados. Este mismo grupo comenz� a acusar a de la Guardia de malos manejos de fondos, peculado, corrupci�n , as� como intentar perpetuarse en el poder. Desde las p�ginas de El Panam�-Am�rica se sindic� al Presidente de nepotismo.

Otro problema sobre el tapete fue la reforma de la Constituci�n de 1941, para lo cual hab�a que convocar una Constituyente. Dentro de este clima, la Federaci�n de Estudiantes de Panam� y el Frente Patri�tico de la Juventud hicieron gala de una en�rgica militancia. Todo ello, contribuy� a que el Presidente finalmente accediera a convocar una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la Constituci�n promulgada por Arias. A finales de 1944, se disolvi� la Asamblea Nacional y se convoc� a la Asamblea Constituyente para el mes de mayo del a�o siguiente. Pero tampoco ello satisfizo a todos los sectores, al extremo que se hizo un llamado a la huelga general para el 30 de diciembre, pues se consider� que se trataba de una medida dictatorial por parte del Presidente, para evitar la elecci�n de Designados como aspiraba la Asamblea Nacional.

Como quiera que fuere, un grupo de diputados continu� adelante con sus planes. En enero de 1945, 15 diputados se reunieron en Chivo Chivo y eligieron Designados a Jeptha B. Duncan, Miguel A. Grimaldo y Alcibiades Arosemena. Al mes siguiente, Duncan tom� posesi�n como primer Designado encargado del Poder Ejecutivo nombr� su gabinete. Pero la iniciativa no prosper� y Duncan tuvo que buscar refugio en la Zona del Canal. Finalmente, el 6 de mayo se realizaron las elecciones para constituyentes.

 

 


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