Hace dos semanas viajaba yo en un busito de la ciudad de Las Tablas hacia Chitré, cuando pasábamos por encima del puente sobre el río La Villa, vi con asombro un animal peludo con larga cola, nadar en contra de la corriente magistralmente, dejando una estela en el agua, igual que lo hacen los botes de grandes velocidades. Confieso que se me pareció a una nutria; pero por no hacer el ridículo (sabiendo que esos animales no viven en estas tierras), preferí callar. Sin embargo, un pasajero que venía en el puesto de atrás, gritó -�vieron al �gato de agua�!_. Varios lo vimos; fueron más de cinco minutos hablando de eso.
En la tarde de ese mismo día le comenté lo ocurrido a mi vecino, quien labora en La Villa de Los Santos, reafirmándome que existe una gran cantidad de �gatos de agua� en ese río; concentrándose la mayoría en la represa de la mencionada empresa -ahí los hemos visto, hasta apareándose- respondió.
AGRADABLE SORPRESA
Unos cuatro días después de haber visto al �gato de agua�, nos encontrábamos en el lugar donde se construye la toma de agua para la potabilizadora de Las Tablas, a unos tres kilómetros río arriba del puente; esperábamos la llegada del presidente Martín Torrijos. Estábamos, periodistas, funcionarios y otras gentes.
"GATO DE AGUA"
Estoy comentando que hacía cuatro días había visto en ese río, por primera vez, un �gato de agua�. Enseguida una joven señala sobre mis hombros algo que se mueve curiosa y elegantemente por todo el río. Emocionado, le digo a mi auditorio -�eso mismo fue lo que vi!-. Cual fue la sorpresa, cuando el mamífero anfibio se volteó repentinamente nadando boca arriba y saboreando un bocadillo que había extraído de la profundidad.
Dos funcionarios de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), que vieron y escucharon todo, nos aseguraron que se trataba nada menos y nada más que de �nutrias�, -son las únicas que nadan comiendo boca arriba-, dijeron sin dar mayor información. Lo sabrán los de la ANAM, pero el resto de la población de Azuero no sabe de esta ventura ecológica; ojalá que la misma no interfiera socavando la flora y fauna nativa del río La Villa.