FAMILIA
La crisis de la familia causa la crisis de la sociedad
Agencias
Internacionales
La "crisis actual de la familia se convierte en una crisis de sociedad, con numerosos fen�menos patol�gicos, como la violencia y la droga", se�al� el papa Juan Pablo II. Durante la audiencia general semanal en El Vaticano, en presencia de miles de peregrinos, el Papa invit� a "la comunidad cristiana a redescubrir el valor del matrimonio y la familia, basado en la relaci�n entre un hombre y una mujer, en ocasi�n del Jubileo". El sumo pont�fice acus� a la sociedad y en particular a "una gran parte de la cultura" actual de minar los valores de la familia y el matrimonio. "No hay que limitarse a criticar ciertos modelos de vida familiar, que han cambiado debido a la presi�n por las transformaciones sociales y las nuevas condiciones de trabajo", afirm� el pont�fice. "Es la concepci�n misma de la familia, como una comunidad basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, que est� siendo afectada en nombre de una �tica relativista que se expande dentro de capas importantes de la opini�n p�blica e inclusive de la legislaci�n civil", afirm� el Papa. "La ausencia de un tejido familiar tiene numerosas repercusiones: como los fen�menos patol�gicos, que van desde la soledad a la violencia y la droga y que encuentran explicaci�n en el hecho de que los hogares han perdido su identidad y su funci�n", subray� el pont�fice. "En donde la familia cede, la sociedad pierde su tejido cognoscitivo, con consecuencias desastrosas para las personas, sobre todo aquellas m�s d�biles; ni�os, adolescentes, minusv�lidos, enfermos, ancianos", dijo. En consecuencia "es conveniente reflexionar sobre qui�n ayudar� a todos los hombres a volver a dar el lugar que le corresponde al matrimonio y a la familia, en donde se realiza entre las personas un amor aut�ntico y un apoyo rec�proco y afectuoso", asegur� Juan Pablo II. El Papa declar� que al hombre y a la mujer "se le conf�a no s�lo la obra de la procreaci�n y la vida de la familia, sino tambi�n las construcci�n misma de la historia". En el curso de su pontificado, Juan Pablo II ha lanzado una verdadera campa�a a favor de la familia tradicional, a la vez que condena con firmeza las uniones libres y todo intento de legalizar la uni�n entre homosexuales, as� como los esfuerzos de ellos para poder adoptar ni�os. El Papa siempre conden� el libertinaje, que seg�n �l no incluye "ni amor, ni libertad". Para el pont�fice, las uniones libres amenazan la instituci�n familiar, y tienen como caracter�stica "la precariedad y la ausencia de un compromiso irreversible, que implica derechos y deberes as� como respeto de la dignidad del hombre y la mujer", seg�n afirm� en junio ante Pontificio Consejo para la Familia. "Es posible imaginar otras formas de relaciones y de vida en com�n entre los sexos, pero ninguna de ellas constituye, contrariamente a lo que algunos creen, una alternativa jur�dica aut�ntica al matrimonio, sino m�s bien una forma de desvalorizarlo", dijo en esa ocasi�n. Sobre la uni�n libre entre homosexuales, afirm� que "constituyen una deplorable distorsi�n de lo que debe ser la comuni�n en el amor y en la vida entre un hombre y una mujer, entendida como donaci�n rec�proco abierta a la vida", dijo.
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