Una de las razones por la cual no se declara "oficialmente" la muerte de Yasser Arafat es el complicado procedimiento de su entierro.
Según la tradición, cuando un musulmán muere debe ser enterrado antes del atardecer. Su cadáver tampoco puede ser trasladado del lugar de su entierro.
Si el líder palestino muere en París, Francia, allí quedará su cuerpo. Francia es un país cristiano occidental, mal lugar para fallecer. Por ello, muchos analistas consideran que el estado de "coma profundo" del líder palestino es una cortina de humo para evitar decir que Arafat ha muerto y así trasladarlo a un país musulmán, como Egipto, Jordania o los territorios palestinos, para declarar allí su "fallecimiento".
El otro lío es el lugar de entierro. Arafat había pedido ser enterrado en el monte del Templo de Jerusalén. Por supuesto, Israel rechaza esta medida porque Arafat decía que Jerusalén es la capital del Estado palestino. Israel ocupó en 1967 la parte oriental de Jerusalén y en 1980 el gobierno hebreo declaró "indivisible" la ciudad santa.
Finalmente, el martes se decidió que Arafat será enterrado si fallece en la Muqata, su cuartel general de Ramala (Cisjordania), declaró el secretario palestino de la presidencia, Tayeb Abdel Rahim.