EDITORIAL
La Iglesia cat�lica y el Halloween
A pesar de que el Jefe de la Iglesia Cat�lica paname�a, Monse�or Jos� Dimas Cede�o, ha dicho que el pueblo paname�o es v�ctima del consumismo y el Halloween representa la incultura, los comerciantes locales y algunos elementos de nuestra sociedad se empe�an en darle mayor realce a la fiesta de brujas que a las efem�rides patrias. En el bolet�n "�Quo Vadis?" del Centro de la Divina Misericordia hay una amplia rese�a y una cr�tica sobre el Halloween. Aqu� se expresa lo siguiente: Es alarmante que muchos cristianos han olvidado el testimonio de los santos y prefieren festejar "Halloween". La fantas�a anglosajona, le ha robado su sentido religioso para celebrar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. As� se marca un triste retorno al antiguo paganismo, tendencia que han adoptado los pueblos hispanos. Las ra�ces de Halloween vienen ya desde el siglo VI A.C. cuando los celtas del norte de Europa celebraban el fin del a�o con la fiesta de Samhein, fiesta del sol que comenzaba la noche del 31 de octubre. Marcaba el fin del verano y de las cosechas. Cre�an que aquella noche el dios de la muerte permit�a a los muertos volver a la tierra. Seg�n la religi�n celta, las almas estaban atrapadas dentro de animales feroces y pod�an liberarse ofreciendo a los dioses sacrificios, incluso humanos. Esta creencia se mezcla con el cristianismo cuando los pueblos celtas se cristianizaron, pero la conversi�n no fue completa. La coincidencia cronol�gica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el d�a siguiente, provoc� esto. Como cat�licos, profesamos que s�lo Jesucristo nos libera de la muerte. S�lo �l es la luz que brilla en la oscuridad de los largos inviernos espirituales del hombre. Como es evidente, existe el peligro de que el d�a de todos los santos y las fiestas patrias pasen a segundo plano por el alud comercial que satura todos los medios de comunicaci�n. Advertimos esto porque son d�biles los esfuerzos para contrarrestar esta avalancha que atenta contra la identidad nacional.
PUNTO CRITICO |
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