El viejo y lejano Oeste jamás fue tan salvaje como en el 2010. Ni en los tiempos de terror de Jesse James y Billy "The Kid" se había vuelto a sentir ese jinete vestido de negro y con capucha, merodeando la zona de los "strikes".
Hoy, cuando arranque la Serie Mundial, en ese lindísimo parque de pelota en la Bahía de San Francisco, los tiempos de aquel Oeste, donde la ley no intimidaba a nadie, volverán, pero al terreno de juego... allí solo imperará la "ley del revólver"... de un "revolver" especial, de carne y hueso, capaz de disparar lanzamientos a los "bandidos" a 92 y 95 millas por horas, con "balas" en rompimientos y capaces de cambiar de rumbo y velocidad.
Esta noche, saldrán dos de los más temidos y legendarios protagonistas de la ley del diamante... se trata de Cliff Lee, un lanzador izquierdo de bola atornillada a quien llamaremos "Cliff The Kid" y otro de cara de niño... temido por su gran coraje, con el que puede enfrentar a más de nueve peloteros a la vez; su nombre es Tim Lincecum y su apodo... "Jesse Lincecum".
Aquel escenario hostil, capaz de servir de campo de batalla a cualquier condado, será hoy una pieza en forma de diamante, de color verde y chocolate, marcado de rayas blancas, donde el sólo brazo de un hombre intimidará a más de cuatro.
"Cliff The Kid" puso números que enviaron a la horca a 34 forajidos... en su labor de tres partidos y 24 entradas, el zurdo de los Rangers sacó marca de 3-0, casi perfecto, con una efectividad microscópica y un aporte fundamental para su equipo, que al final se llevó el título de campeón de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Hoy, el escenario estará iluminado, el sol brillará tanto como brillaba el oro de California. Una estrella en el camino, Tim "Jesse" Lincecum, sale a flote y se mide a otro gran "cañonero". La batalla con Roy Halladay fue violenta y la adrenalina corrió como "pólvora", pero ahora más de dos "bandidos" pasarán por las manos del legendario "Jesse" Lincecum.
Una noche de brillo, hoy inicia la Serie Mundial... dos grandes equipos, ninguno con el sello de campeón de las Grandes Ligas... dos titanes, una sola corona...
¡Que gane el béisbol, que sólo haya emociones corriendo por nuestras venas! ...como aquella tarde en el viejo y lejano Oeste.
¡Que quede de pie el más rápido!
¡Viva el béisbol!