Sacrificio
Antonio Pérez M.
Crítica
en Línea
"Muchas
veces Tengo que doblar rodillas ante el señor para pedirle
fortaleza y continuar a delante con esta obra".
Así se expresa Arturo Escobar, un joven salvadoreño
de 17 años que trabaja como misionero en Panamá,
atendiendo a pacientes de SIDA en su fase terminal, recluidos
en un campamento de Chilibre de la Organización Cristina
REMAR.
Arturo Escobar, proviene de un hogar de clase media alta en
El Salvador, tiene un año de estar en Panamá y
prefirió el trabajo sacrificado de atender a enfermos
de SIDA, que la comodidad de su casa, junto a sus padres y hermanos.
¿Por qué este adolescente tomo esta determinación?,
¿qué tuvo que hacer para sentirse comprometido
con Dios y sacrificarse por los demás?.
Son estas y muchas las interrogantes que pasan por la mente
de cualquiera al conocer que un joven de 17 años, ha dedicado
su vida para atender a enfermos de SIDA y otros males contagiosos.
Este es nuestro tema de Relatos, y allí logramos encontrar
respuestas a todas nuestras preguntas y conocer los logros y
frustraciones que ha vivido este joven a pesar de su corta edad.
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Arturo Escobar,
proviene de un hogar de clase media alta en El Salvador, tiene
un año de estar en Panamá y prefirió el
trabajo sacrificado de atender a enfermos de SIDA, que la comodidad
de su casa, junto a sus padres y hermanos.
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