CUARTILLAS
Once
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
La aparici�n macabra de huesos humanos en el antiguo cuartel de la Guardia Nacional, en Tocumen, ha echado un balde de agua fr�a a la ya disminuida celebraci�n del once de octubre, el llamado d�a de la revoluci�n. Esos huesos enterrados a escondidas, no importan de qu� enemigo de los militares hayan sido, son un bofet�n para lo que se quiso disfrazar con la pomposa frase de "proceso revolucionario". Lo ocurrido en el sesenta y ocho, a s�lo once d�as de iniciado el gobierno del Dr. Arnulfo Arias, fue un vulgar cuartelazo, un golpe militar que no ten�a ning�n contenido democr�tico ni social, y menos para mejorar al pa�s. Luego de la invasi�n del ochenta y nueve, que ha permitido el retorno de la democracia a Panam�, podemos hoy se�alar sin miedo a represalias, el c�mulo de mentiras y atrocidades cometidos por unos militares irresponsables, que no quer�an perder sus privilegios y canonj�as. Mucha sangre caus� el golpe militar del sesenta y ocho, y todav�a hoy quedan cicatrices abiertas. Hoy la gente se horroriza ante la barbarie cometida por malos paname�os, que quisieron disimular sus ambiciones personales, sus perversiones c�vicas y morales, hablando de mejorar las condiciones de vida de los paname�os. Siempre he sostenido que el golpe militar fue impulsado por el fracaso e irresponsabilidad de los civiles politiqueros. Fueron ellos quienes abrieron la puerta a la dictadura militar, ya que fallaron en manejar la cosa p�blica con honestidad, orden y responsabilidad. Para las nuevas generaciones s�lo queda el recurso de hablar con los mayores, y revisar los peri�dicos de antes del golpe, para conocer la verdad de lo que decimos. Como ocurri� dos veces antes, el triunfo de Arnulfo Arias provoc� muchos temores en sectores pol�ticos y econ�micos del pa�s, as� como en los militares. Recu�rdese que cuando se derroc� a Arnulfo en el cincuenta y uno, varios militares perdieron la vida en la acci�n. Esto nunca se lo perdonaron los militares al caudillo. Y los pol�ticos de la �poca hicieron del pa�s un barullo de desorden, violencia, inestabilidad, que subi� las acciones e importancia de los "pacos" entrenados en la Escuela de las Am�ricas dizque para "salvar a Latinoam�rica" de los malos gobernantes. No puedo comprender c�mo el Dr. Arias pens� que pod�a cambiar la c�pula de la Polic�a, sin tener �l un f�rreo control de sus oficiales. Ese error pol�tico le cost� al pa�s veinti�n a�os de barbarie, cuyos efectos todav�a aparecen ante los ojos incr�dulos de las actuales generaciones, como ha sucedido con los huesos de Tocumen. Ahora con el nuevo gobierno democr�tico, los seguidores de los militares dictatoriales no podr�n celebrar con bombos y platillos la infausta fecha del golpe de Estado. Y no podr�n hacerlo, porque los que ahora disfrutan de paz y tranquilidad, de una Democracia en Panam�, tienen sobre sus conciencias el haber participado de una forma u otra, en la barbarie de la dictadura militar. Fueron a�os de muertes, torturas, persecuciones, exilios, despilfarro de dineros, seducci�n y violaci�n de mujeres, venta de conciencia, sobornos, en fin, de la destrucci�n de los valores c�vicos y morales, de todo un pueblo. Pienso que no hay que olvidar lo ocurrido para que no vuelva a repetirse. Porque a veces veo a la actual clase pol�tica paname�a enfrascarse en manipulaciones y sinverg�enzuras. Esto puede destruir la imagen positiva que hay de la Democracia y de los gobiernos manejados por civiles. Siempre recordar� que se dec�a que los militares traer�an progreso al pa�s, porque representaban el orden y la disciplina. Lo que nunca se dijo fue que ellos no ten�an moral, y sus bajos instintos da�aron a toda una generaci�n de paname�os. Recordemos para evitar que vuelvan los militares a mandar en Panam�, en cualquier momento negro del futuro.
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