logo critica

seccionesEl Panama Americaotras publicacionesprimera planaportadanacionalesopinionprovinciasdeporteslatinoamericacomunidadrelatosreportajescronica rojahoroscoposocialesespacioediciones anterioresbuscador de noticias

 

home

variedades

Jueves 23 de septiembre de 1999


MENSAJE
La madre que orden� la muerte de su hijo

linea
Hermano Pablo
Cr�tica en L�nea

David Mair era un hermoso ni�o de diez a�os. Estaba jugando con su pelota en Denver, Estados Unidos, cuando se le ocurri� cruzar la calle corriendo r�pidamente. Fue atropellado por un cami�n.

Llevaron a David de inmediato al hospital, donde se hall� que hab�a sufrido grav�simas heridas. Su cabeza estaba partida en varias partes, pero el ni�o a�n viv�a.

Comenz� entonces un drama angustioso que se prolong� durante nueve ag�nicos d�as. El ni�o no mor�a, pero tampoco reaccionaba. Estaba sometido a respiraci�n artificial y alimentaci�n intravenosa. Los m�dicos se desesperaban por salvarlo.

La madre, una mujer viuda de treinta y ocho a�os, no se mov�a del lado de su cama. Los m�dicos le dijeron: �Se�ora, no hay esperanza, �ni siquiera una en un mill�n! Y no sabemos cu�nto tiempo podremos mantener a David as�.�

La madre, entonces, debi� tomar la m�s angustiosa y dolorosa decisi�n de su vida: ordenar que suspendieran la respiraci�n artificial de su hijito. �Es la decisi�n m�s terrible de mi vida -dijo ella-; espero que Dios no permita que pase por esto otra vez.� Y con voz que se ahogaba en llanto, dio la orden: �Suspendan la respiraci�n.�

Dios tambi�n, en el momento preciso de la grandiosa historia de la redenci�n del hombre, tom� la decisi�n de dejar morir a su propio hijo Jesucristo. Lo dej� morir porque era la �nica manera de pagar la culpa universal del pecado, y de poder ofrecer, en forma gratuita y eterna, la salvaci�n a todos los verdaderos culpables, que somos nosotros.

El hombre no comprender� jam�s cu�nto le habr� costado a Dios la muerte de Jesucristo. San Pablo pregunta: �El que no escatim� ni a su propio Hijo, sino que lo entreg� por todos nosotros, �c�mo no habr� de darnos generosamente, junto con �l, todas las cosas?� (Romanos 8:32). El beneficio de esto para cada uno de nosotros depende de que aprovechemos esa d�diva de Dios. Entregu�mosle nuestra vida llena de problemas al divino Redentor.

 

 

 

linea

volver arriba


FARANDULA

Ernest Borgnine: Hollywood "compra s�lo sexo"

 

 


 


linea

 NUESTROS ANUNCIANTES

banner publicitario

 

PRIMERA PLANA | PORTADA | NACIONALES | OPINION | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | RELATOS | CRONICA ROJA | HOROSCOPO | SOCIALES | EDICIONES ANTERIORES | BUSCADOR DE NOTICIAS | OTRAS SECCIONES

linea
linea gris

bandera de Panama 

 

Copyright 1995-1999, Derechos Reservados, Editora Panamá América, S.A., EPASA