Dieciséis niños de la comarca Ng�be Buglé han fallecido en las últimas semanas a causa de problemas respiratorios y vómitos. Son los males de la pobreza que afecta a los más de 115 mil indígenas que habitan en los 4, 154 kilómetros de esa región que abarca áreas de Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas.
Causa dolor que se registren ese tipo de situaciones que ponen de manifiesto la existencia de dos Panamá: uno en los que un grupo vive en un mar de riquezas y otro, en el que los niños mueren por falta de atención.
La mortalidad infantil en la comarca es alta debido a una desnutrición que alcanza a más del 70% de los niños y la carencia de servicios básicos.
La situación de salud que se enfrentan en la zona Ng�be Buglé exige una acción urgente de las autoridades para dotar a la niñez de la región de tratamientos completos y buscar la manera de mejorar las condiciones de vida de esos pobres panameños, que sufren patologías respiratorias aguda.
Para aliviar la pobreza de esta gente se requiere actuar rápido. Es una labor no sólo de los gobiernos sino de todos. A veces se observa a empresarios haciendo alardes de la llamada responsabilidad social, pero sólo como una forma de ganar aplausos ante una concurrencia de "notables" y empresarios, pero en la práctica no se hace nada por los que menos tienen.
Así mismo algunas organizaciones que deben aliviar los males de esa pobre gente, se gastan gran parte de los recursos en grandes salarios para asesores y en el alquiler de oficinas refrigeradas, mientras las donaciones que deben llegar a los necesitados, se convierten en migajas.