No todos tenemos enemigos, pero en muchos casos sí existen personas a nuestro alrededor prestos a lanzarnos una cáscara de guineo para ver si nos resbalamos. Es por ello que hay que tener cuidado, mantener la compostura y siempre pensar antes de actuar.
Ciertamente, uno no puede dejarse conguear por nadie, pero hay formas de enfrentarse a las provocaciones de las personas envidiosas o que quieren hacernos daño.
Haciendo un escándalo, amenazando o gritando no es una de esas formas. Al contrario, al perder el control por causa de rumores lanzados por gente cizañosa, les estamos haciendo el juego.
En algunas ocasiones es mejor ignorar los comentarios y las conspiraciones, ya que lo único que buscan es causar una reacción en nosotros. En otros casos, no nos queda otra que enfrentar a los bochinchosos de frente, pero manteniéndose uno en control en todo momento. Nada de escenitas.
Algunas mujeres y hombres quedan peleando o separándose de sus parejas sólo por escuchar rumores maliciosos de otras personas en sus barriadas o lugares de trabajo. Forman una gritadera sin siquiera intentar corroborar la información, ni su procedencia.
En muchas ocasiones, los comentarios provienen de personas con deseos de separar a la pareja.
En el trabajo, siempre aquellos que se destacan por dedicarse a sus laboras más que los demás y ascender por ello son objeto de bochinches. Lo mismo le sucede al que se levanta la mejor chica, o a la mujer que se empata con el hombre más cotizado. Siempre los desbaratan con la lengua, pero si ellos se mantienen firmes y calmados, nadie los puede derrumbar.
Así que ya saben, si caemos en el jueguito, los que perdemos somos nosotros siempre.