En la esquina del antiguo edificio del IJA, en el sector de Perejil, Calidonia, se encuentran unos 30 hombres que junto a sus camiones esperan ansiosos que llegue algún cliente buscando sus servicios.
Desde antes de 1967, este grupo de trabajadores se dedican al servicio de mudanza y acarreo.
Los servicios que ofrecen no tienen nada que pedir a las agencias privadas que se dedican a estos mismos menesteres; por ello, han logrado mantenerse en esa misma esquina desde hace más de 40 años.
Aristides López, uno de los más viejos dedicados a la mudanza, dijo que entró al negocio un 22 de febrero de 1968, gracias a un compadre que le recomendó que se uniera a este trabajo, en vista de que estaba recién llegado a la ciudad y no contaba con un empleo formal.
López, casado y con cuatro hijos, recordó que para iniciar en el negocio de la mudanza utilizó su camión, que era un modelo pick-up marca Chevrolet. En ese entonces, la gasolina tenía un costo de entre 0.60 a 0.80 centavos y un viaje de mudanza, por ejemplo, hacia la comunidad de Chagres tenía una tarifa de B/.30.00.
Puntualizó que ahora las cosas han cambiado y el costo de la gasolina los ha obligado a aumentar la tarifa, pero aún así es accesible para los interesados.
Reconoció que a pesar de que son unas 30 unidades que se mantienen de seis de la mañana hasta pasada la tarde, existe una gran competencia entre ellos, lo que no ha permitido lograr una unificación en cuanto a las tarifas.
Ellos se "pelean" los clientes y ofrecen precios al mejor postor.